Alexander despierta muy temprano en la mañana pero no se levanta como todos los días. El sol ilumina por completo la litera que comparte con su hermano menor Daniel. La ventana de su habitación es también una puerta con la cual puede ir al pequeño patio de la casa. Aún acostado puede ver las montañas a lo lejos y pensar en que el día ha llegado. Emocionado, escucha la voz de su madre en la cocina y la voz de Daniel riendo y gritando por las cosquillas que le hace su padre. Decide ir al baño y cepillar sus dientes, entonces se da cuenta que su mamá empacó todo incluyendo su cepillo de dientes. — "¿What?, ¿Y ahora?" — Pensó.
— ¡¡¡¡Madreeeeee!!! ¡¡¡¿Dónde está mi cepillo de dientes?!!! — Gritó Alexander sin obtener ninguna respuesta a cambio, así que decide salir a la cocina y nota que las risas y esos sonidos de la mañana, normales para él ya no estaban, al llegar a la entrada del comedor, puede ver a su padre, su madre y a su pequeño hermano, abrazados, sosteniéndose mutuamente, una escena muy tierna que quedará en su memoria, pudo ver lágrimas en sus ojos, mientras que Daniel sonreía inocentemente satisfecho de tener el amor de sus padres. Es una mañana calurosa y a pesar del clima pasado, ese día el cielo era azul, un azul profundo.
Hoy es el último día en la tierra, no hace falta nadie más. Ésta organización social llena de científicos cumplió con los últimos objetivos asignados por el consenso de patriarcas y es hora de unirse al viaje que emprendieron hace más de 5 años los primeros "vecinos", como se denominan ahora entre los humanos. La vieja civilización dejó de existir hace 25 años, también dejaron de existir las fronteras y aquellas diferencias que los separaban en estratos, simplemente desaparecieron. Después de la caída de la humanidad sobrevino la paz y la unión, sin grandes lobbys ni gran pompa entre los centenares de miles que sobrevivieron al cataclismo entre esas antiguas potencias, al día de hoy parece imposible y absurdo que aquella guerra empezó por el dominio del agua.
Luego de terminar el gran conflicto, los pocos hombres y mujeres que quedaron en pie trabajaron muy duro para salvar al planeta, pero ya era tarde, descubrieron que el deshielo provocó un aumento significativo en la temperatura del núcleo de la tierra haciendo el campo geomagnético débil y cada día esta debilidad drásticamente aumentaba. Los vecinos construyeron pequeñas ciudades con elevados edificios bajo cúpulas de cristal invisibles que los protegieran de los rayos solares y toda clase de aberraciones climáticas; una férrea organización laboral los hizo competentes para abordar el reto que jamás la especie había afrontado, la extinción.
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La comunidad había acordado hacer una fiesta de despedida al planeta en el ocaso, antes de iniciar el viaje, que estaba pautado para las 12:00 am. Desde muy temprano empezaron a visitarse unos a otros, la familia de Alexander recibieron a muchos vecinos, todos con cierta ansiedad y risas hablaban de qué les depararía el futuro, también recordaban las viejas épocas antes de la caída. Alexander y Daniel, fueron al lago donde estaban todos sus amigos, cada uno haciendo juegos y retos, divirtiéndose. Daniel construía un castillo en la arena muy precario, él junto a otros, Alexander decidió zambullirse en el lago y desde el árbol que estaba en medio, en lo alto, contemplaba todo a su alrededor, siempre había tenido el deseo de irse, sobre todo cuando su enamorada Jessica partió con su familia en la décima misión Génesis hace 3 años pero ahora, ahora siente un apego con ese lugar... eso le hace suspirar mucho.
