7. ¡Agotador!

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N.

Las arduas rutinas de ejercicios agotadores ya estaban presentes después de ese grandioso día en el río y las fogatas, los cadetes estaban más que exhaustos al dar mínimo diez vueltas al campamento trotando recién se dieron las seis de la mañana. Como aquello era tan aburrido lo único que tenían de diversión era molestar a Paul (como siempre).

─No sé como mierda le haces Paul, tienes unos glúteos fenomenales.

Dijo George a lo que Ringo y Brian respondieron con un montón de risas, Paul gruñó aún trotando, de un momento Ringo paró y apoyó sus manos en sus rodillas mientras aspiraba aire y lo exhalaba. De la nada el mismo Ringo había sido disparado con una pequeñísima bala de pintura justo en el abdomen.
George abrió los ojos y comenzó a trotar más rápido despues de ver a su amigo tirado en el piso sosteniendo su panza y al señor Lennon sosteniendo una pistola con balas de pintura con una sonrisa sádica.

─Está igual de loco que su mamá.

George ahora estaba a la frente de Paul, el mismo levantó una ceja y miró el porque había avanzado más rápido de lo que normalmente correría Harrison. Y lo entendió al ver como el sargento iba disparandole a cada uno que se quedara atrás o tratara de descansar.

Paul.

Lo primero que pasó en mi mente al ver a varios de los míos en el suelo fue que era algo divertido, luego que era lo más despiadado que una persona podría hacer ya que de un momento a otro mis piernas no querían responder, la mayoría estaban tirados con alguna que otra mancha colorida en sus ropas blancas del uniforme, yo tragué saliva esperando continuar. Jadeaba como loco y tenia algo peor que el miedo, George hace rato se habia rendido y Brian igual, y ni hablar de Ringo que fue el primero. Solo quedaba yo y otros cinco tipos que de a poco se fueron reduciendo a cuatro, tres y dos.
Ahora solo éramos tres a ser disparados y no pude más esta vez, me quedé quieto, mis piernas dolían como nunca. Los otros dos me miraron con lastima pero siguieron, y me dio igual, estaba dispuesto a recibir el disparo. ─Creí ya te había matado

Estaba mirando la pista con cuidado y me asusté al reconocer su voz, tragué saliva y me giré haciendo como si no me importase en absoluto. ─Disparame ya, acaba con esto viejo.

Río y comenzó a acariciar mi cabello.
─Si me das un besito no lo haré, princesa.

Alzó sus labios, rodé los ojos y miré alrededor para luego dar un beso rápido en su boca mientras me paraba un poco de puntas. ─Gracias, pero no me gustó, te voy a disparar.

Comencé a reír de nervios y moví mi dedo índice de un lado a otro negando pero él con una sonrisa de satisfacción total apuntó con el arma a mi pecho. ─Oh vamos, hice lo que pediste.

Seguía apuntando. ─Suplica anda, convenceme.

─John, dijiste que si te daba eso no me dispararías, cumplelo.
Dije entredientes mientras mi ceño se fruncia y mis labios trataban de formar una sonrisa. ─Hitler dijo varias cosas e hizo cosas diferentes. ¿Por qué yo no?

─¿Por qué eres buena persona?
Rió, iba bajando poco a poco el arma al escuchar mis súplicas no súplicas. ─¿En serio? aw, que gran halago. ¿Algo más que quieras agregar a tus últimas palabras?

Estaba en si hacer otra vez una estupidez y no lo pensé más y la hice. Aparté el arma, me pare de puntas, acerque su rostro con mis manos, mis labios chocaron con los suyos y dejé que los moviera a su antojo. Ahora la pistola estaba en el suelo y sus manos en mi cintura.
Me apego a sí y cerré los ojos disfrutando un poco del beso. Nos miramos a los ojos y sonreímos, luego la sonrisa se escapó de nosotros.

─Sabes, hace tiempo escuché una sección con un nombre que siempre pensé que estaba en lo cierto; Paul es gay, muy buen nombre.

El sargento salió corriendo de ahí y tomó la pistola del suelo gritandole cosas a los dos cadetes que poco a poco se iban perdiendo en las profundidades de la carretera improvisada en el el suelo lleno de piedras.

(...)

─¿Qué le hiciste a Lennon para qué no te disparará?, yo quiero hacerlo.

Brian mordió su labio y miró al techo, nosotros tres lo miramos con repulsión y luego los otros comenzaron a reírse. ─¿Ya sabe que la chupas bien eh?

─Es que le caigo bien y punto, que ustedes sean unos pesados y les hayan disparado ¿cinco veces? No es mi problema, bastardos.

Dije recordando lo que había hecho, un escalofrío corrió alrededor de todo mi cuerpo y ellos lo notaron, ya que empezaron a decir: "uhhh" con toda la emoción del mundo.
Se aconsejaron cosas como siempre y luego una mala actuación yacía frente de mí.

─Oh johnny, no me dispares, sabes que soy el amor de tu vida. No por favor, haré cualquier cosa, lo que digas.

Ringo se hincó enfrente de George, Brian los miraba asintiendo con su cabeza. (El había sido el tan "famoso" director de esa obra.)

─Dame sexo.
Lo dijo con la voz ronca mientras tomaba del pelo a Ringo, el mismo no aguantó y se soltó riendo mientras estaba en el suelo. ─Si amor, tomame oh sí, John. Ahm, sí.
Richard decía entre risas y sonidos raros, sin quererlo me solté riendo mientras veía las escenitas que se montaban. Al terminar Brian dijo totalmente orgulloso.

─Muy bien chicos, este suceso no se sabe si fue exactamente así pero creemos que está basado en hechos reales. Son fantásticos, mi obra maestra.

Lanzó un beso al aire, luego apagamos las luces y nos metimos en las sabanas. ─Paul, se que estuvo la obra igual de buena que tu aventura con el señor pero por favor, no te masturbes. Estamos al lado tuyo

Gritó George al otro lado de la habitación, simplemente reí mientras me acomodaba un poco mejor dentro de las dulces cobijas. ─Lo haré, pero pensando en tu papá.

─Iugh, asqueroso.

¿Podremos? (McLennon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora