Navidad.
Época de alegría, felicidad, paz y amor. Reuniones familiares donde se prepara una hermosa y maravillosa cena, se entregan regalos y más que nada se recuerda el aprecio y el cariño que se le tiene a nuestros seres queridos.
O así es como lo pintan las películas y la televisión.
Para los hermanos Winchester siempre había sido sólo un día más; un día donde no había nada que celebrar ni nada especial que cocinar, un miserable y aburrido día igual que todos los otros en donde tenían que estar alerta ante cualquier cosa que sucediera fuera de los moteles en donde solían hospedarse con su padre luego de la muerte de su madre.
Con el pasar de los años, se había vuelto una costumbre hasta el punto de no diferenciar tal festividad de no ser por múltiples lugares adornados con luces y esferas de colores, tan brillantes y ostentosos que llegaban a marear a cualquiera.
Sin embargo, en pleno 2018, las cosas para estos hermanos estaban siendo algo diferentes. No porque hayan decidido celebrar la navidad repentinamente, sino que tenían a alguien muy especial en el hogar y él quería celebrarlo.
- ¿Podemos? - insistió una vez más, mirando a ambos hombres frente a él. - ¡Por favor! ¡Será divertido!
- No, Jack. - dijo el rubio, cerrando sus ojos al mismo tiempo en sobaba sus sienes.
- ¿Sam? - volvió a intentar, ahora con el más alto de los tres pues él casi siempre accedía a sus caprichos. Casi siempre. - Sólo será esta vez. No tiene que ser mucho, sólo una cena para nosotros cuatro
Dean estaba aburrido con el tema, llevaba más tres semanas escuchando la misma petición y en cada una de ellas se había negado rotundamente, pero Jack parecía no entender razones.
Sam, mientras tanto, intentaba explicar su punto de vista y sus razones para negarse, pero el menor insistía con que era tema del pasado, que era un nuevo año y que había muchas más razones para celebrar navidad y ser felices al menos por una noche.
Y de todas formas no se equivocaba, el castaño creía que debían darse al menos una noche al año para ser una familia como correspondía, cenar algo decente y pasar un grato momento con los únicos seres queridos que tenía en el búnker, pero Dean no pensaba de la misma manera.
- Por favor... - volvió a decir, teniendo una pequeña esperanza
Sam estaba resignándose para aceptarlo sólo porque Jack era un niño, pero antes de poder articular palabra alguna, Dean intervino. - No puedo seguir escuchando esto. - murmuró, dejando su botella de cerveza sobre la mesa de la cocina para luego salir de ella.
- Dean... - el castaño le llamó, pero el mayor ni siquiera volteó a verlo.
Ambos se quedaron en silencio al no saber qué decir ante su actitud. Era normal para entonces el ver como Dean se iba enfadado de algún lugar sólo para no enfrentar las conversaciones que eran necesarias para resolver disputas y diferencias de opiniones, se había vuelto una costumbre.
Sam decidió contarle a Jack las razones por las cuales no les gustaba celebrar la navidad y, recién ahí, pareció entenderlo con claridad, pues nunca se había puesto a reflexionar lo difícil que había sido la vida de ambos hermanos durante todos esos años cazando monstruos y cosas sobrenaturales.
Por otro lado, Dean iba caminando en dirección a la salida del búnker con la idea de irse lo más lejos posible de ahí para aclarar su cabeza; necesitaba pensar, reflexionar y más que nada beber un par de cervezas hasta quedar lo suficientemente borracho como para ni siquiera recordar su propio nombre.
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Merry Christmas, Dean ; Destiel.
FanfictionDean se niega a celebrar la navidad. Luego de hablar con Castiel, el ángel hace un viaje en el tiempo para cambiar un poco los sucesos de su vida al regalarles una navidad como corresponde.