skull_parte 1

skull_parte 1 la locura

Mi nombre es Kenny Arana Marqués, y tengo dieciséis años de edad. Vivo en caracas, en él país de Venezuela, y tengo un deporte que me hace único en mi vida personal, él King Boxing. Entreno King Boxing a diario, es lo único que me mantiene para seguir de pie en esta vida de mierda que me tocó vivir. Vivimos sumidos en la pobreza. Para colmo, mi padre no es capaz de pagar nuestro alquiler en este monoambiente, posiblemente en un mes ya nos quedaremos sin casa. Mi madre nos abandonó hace ya dos años atrás, así que ya me acostumbré a vivir sin él consentimiento maternal. A pesar de estar sumido en la pobreza pura, no soy un muchacho que se ha metido en problemas a lo largo de su vida, a pesar de practicar un deporte como lo es él King Boxing.
Recientemente, mi padre me ha comunicado sobre una amiga suya, su nombre es Niurka, quien tiene dos hijos de diecisiete y dieciocho años de edad. Al parecer, su marido había fallecido en un accidente automovilístico, al parecer en una noche luego de pasarla con sus amigos, estando hebrio había decidido conducir a pesar de su estado. Mientras avanzaba a toda velocidad en las calles de la ciudad, no logró divisiar un poste en una esquina, por lo cual al impactar con este acabó desnucandose gracias a la potencia con la cual se había producido el choque. El marido de aquella mujer solía ser un hombre demasiado responsable, pero fue finalmente cegado por él alcohol en una noche. Dejó a dos hijos que hoy ya son casi adultos, pero en aquel momento eran solo niños de trece y catorce años de edad, esos niños eran Matt y Keiber. Al llegar, logramos divisar que esta mujer era perteneciente a la clase media y que tenía cierto dinero, así que no se le hacia problema para mantener a dos personas más. Sin embargo, no todo era tan fácil, ya que los hijos de Niurka eran unas personas de demasiado mal gusto, y gracias a que ellos son personas económicamente estables, nos miran mal e inclusive, se burlan de mí solo por no tener la vida que ellos tenían en él pasado. Keiber era él hermano mayor de ambos, con dieciocho años de edad. Desde que su padre falleció en aquel accidente, a sus tan solo catorce años de edad ya había adoptado ser un matón, aumentó él consumo de tóxinas ilegales, y siempre, pero siempre, andaba metido en peleas en su vida diaria. Obviamente su ego estaba por los cielos luego de adoptar esta personalidad, por eso en los primeros días siempre pasaba e indiscretamente me daba empujones, y si estábamos solos en la casa me molestaba con mi clase con insultos y apodos demasiado ofensivos. Pero, Keiber no se compara en nada a Matt... Matt es él menor de los hermanos, con diecisiete años de edad. No voy a mentir, Matt es un completo imbécil, infame y mucho mas egocéntrico que Keiber. A diferencia de su hermano, Keiber no acostumbra a molestarme demasiado como Matt. Aunque, Matt es solo él típico buscafama y que solo ofende a las personas a través de las palabras, ya que es evidente que ni siquiera debe saber mantener una pelea, y menos conmigo, ya que como mencioné, soy un seguidor del King Boxing y es un deporte que diariamente practico.
Anoche llegué de entrenar, Matt al verme traspirado bromeó conmigo, y me dijo

*Parece que nuestro esclavo ya está cansado de trabajar para nosotros, ¿No es así pequeño mono?*

Pasé por la mesa haciendo caso omiso a las palabras desagradables de Matt. Con tan solo unos días de estadía en este lugar, estoy al borde de hacer que Matt coma él suelo.

Hace ya un mes que vivimos en este lugar, y yo sigo soportando los insultos de Matt y empujones de Keiber.
Apenas ayer, he querido quitar una bebida fresca de él refrigerador, debido a que él entrenamiento me había dejado exhausto. Al momento de abrir él refrigerador, alguien me toma por los hombros y me empuja fuertemente hacia atrás.

*Quitate de mi camino, mono.*

Me dijo la voz de Keiber. Sinceramente quise tomarlo por la espalda y darle una paliza, pero él desgraciado me iba a ganar de todos modos. No es como Matt, anda siempre metido en peleas, así que por ende es mas experimentado que yo. A pesar de que siempre entreno King Boxing, aquel desgraciado me iba a dar una paliza.