entre besos y monstruos; XiuChen

parte única.

Esta historia salió una noche, (de las muchas), en los cuales no podía dormir debido a pesadillas...

JongDae no es una persona que se asustara fácilmente, claro que no, incluso se atrevía a decir que es el más valiente del grupo, sin embargo, siempre entre sus sábanas mientras dormía plácidamente aparecían esas pesadillas que lo llenaba de pánico, que lo despertaban y él mismo se sorprendía al darse cuenta que estaba llorando. Y es que todo parecía tan real, aquellas imágenes y ruidos en su cabeza lo atormentaban, esos rostros desfigurados o los gritos que hacían eco en su cabeza solo lo hacían hacerse bolita buscando un poco de protección de su peluche favorito, pero no, su miedo no se iba.

-Hyung...

Llamo desde su cama. Mantenía su mirada en la pared, dándole la espalda a la cama de su compañero de habitación. -Por favor...-. Susurro sin dejar de abrazar al oso color azul con olor frutal que se encontraba entre sus brazos, pegado a su pecho. -Hyung... Haz que se vallan...

-Calma, pequeño, ya estoy aquí... - Escucho una suave voz después de sentir como la parte detrás de él se hundía. Era MinSeok, quién todas las noches al escucharlo llorar se metía en su cama y lo abrazaba fuertemente para que el menor dejará de temer. Y funcionaba, JongDae siempre se relajaba al sentir los fuertes brazos de su Hyung sobre su cintura, escuchar su voz aterciopelada diciendole cosas lindas y todos los besos que aterrizaba sobre su rostro.

JongDae se dio la vuelta para quedar frente a frente con MinSeok y así encontrarse con su mirada preocupada.

-Ellos de nuevo están aquí...- Hablo en voz baja temiendo de que alguien más en la casa lo escuchará, que alguien más se enterara de que el gran JongDae, quién se burlaba de los miedosos de sus compañeros, lloraba todas las noches antes de dormir como si 5 años tuviera. -Tengo miedo...

-No hay nada que temer, bebé, solo estamos tú y yo-. Decía en voz baja mirando a los ojos del menor. -Esos monstruos ya se fueron, ya les dije que dejarán a mi Chennie dormir en paz y luche contra ellos.

-¿De verdad?

-De verdad. Yo les dije que fueran y que te dejarán en paz.

Y entonces JongDae se aferró al cuerpo de MinSeok, dejando su frente descansar sobre su pecho y dejando que las manos del mayor recorrieran su cuerpo de manera tierna, sentía sus manos pasarse por su cintura, por su cadera, sus hombros, su espalda, sus piernas y sus brazos, y eso le gustaba, lo relajaba y hacía que poco a poco se quedará dormido, de nuevo.

Pero al cerrar sus ojos de nuevo aparecían ahí, de nuevo una imagen lo atormentaba, y un grito lleno sus sentidos sintiendo las lágrimas caer de nuevo por sus mejillas, quería que se fueran y lo dejasen en paz, él solo quería dormir. Se aferró más al cuerpo a lado suyo en busca de protección, tratando de ignorar las imágenes de su cabeza, tratando de pararlas porque sabía que no eran reales, sabía que solo era un juego macabro que su cerebro le hacía, pero como siempre terminaba perdiendo, temblando y llorando porque ya no quería escuchar ni ver nada.

-Hyung... Ellos gritan, ellos son feos, y-ya no quiero verlos... M-me asustan, t-tengo miedo-. Hablo entre lágrimas abriendo sus ojos, ya que era la única manera de no ver aquellas cosas.

-Mirame bebé-. Hablo con calma el mayor y como siempre su estómago se revolvió de angustia de ver a su novio de esa manera, él también había tenido pesadillas alguna vez en su vida, como todos, pero le preocupaba la condición de su JongDae, porque se veía tan asustado, temblaba y sus ojos estaban hinchados por llorar. Tomo entre sus dedos el mentón del más alto y le dió un corto pero tierno beso, que dejó a JongDae sin tiempo para responder. -Ellos no pueden hacerte nada, lo sabes ¿No?-. El menor asintió, e intento volver a la posición en la que se encontraba, escondido en el pecho del mayor. Oyendo como el corazón de este latía en sus oídos y lo hacía sentir bien, pero cerraba los ojos y esa tranquilidad se iba en dos segundos, ahí estaban de nuevo, acechandolo, queriendo matarlo y él temía por aquello.

-MinSeok Hyung está aquí, pequeño, calma-. Hablaba el mayor, al darse cuenta de como de nuevo el cuerpo entre sus brazos temblaba, mientras dejaba un beso en su frente, en sus mejillas, sus párpados, su nariz, sus labios y en todo su rostro para distraerlo de todo.

-¿Recuerdas como te pedí que fueras mi novio..?-. Hablo después de algunos minutos en silencio, y ese plan nunca fallaba, siempre que el mayor le hablaba sobre algún recuerdo juntos lograba que JongDae durmiera pensado en ello y los monstruos de verdad se fueran.

-Ese día estaba muy nublado que terminamos empapados al llegar a casa. Te lleve a la feria, subimos a todos los juego que pudimos y justo en el último, la rueda de la fortuna, te pedí que fueras mi novio-. Relataba MinSeok lentamente y con una sonrisa, observando siempre el rostro del menor para ver su reacción, y pudo ver como su rostro se relajo y una pequeña sonrisa descansaba en sus labios. -Dijiste que sí y me hiciste el hombre más feliz del mundo, recuerdo como me besaste y como tus mejillas se pusieron totalmente rojas al darte cuenta de que me habías besado. Volvimos a casa tomados de la mano, nunca te solté hasta que llegamos aquí, los chicos nos felicitaron mientras tú les contabas lo que había ocurrido...-. Beso su frente. -Esa tarde te besé demasiado, como me gusta hacerlo, besé tus labios, tus mejillas, tu frente y todo de ti-. Susurro mientras acariciaba el cabello obscuro de JongDae. -Tú también me besaste mucho ese día, y eso me encantó, sentir tus besos, tus suaves labios sobre mi piel me pone feliz, ver tus mejillas sonrojadas porque no estabas acostumbrado a tantas muestras de cariño de mi parte era lo mejor de todo...-. Vio la respiración lenta de su novio y eso lo relajo, JongDae ya estaba durmiendo. Así que se acomodó mejor tratándo de no despertarlo, ya que le había costado trabajo dormir y lo acerco a su pecho mientras el mismo cerraba los ojos.

-Te amo, bebé-. Susurro besando su coronilla antes de caer en un dulce sueño, donde JongDae lo besaba y decía "sí sí sí sí sí sí" sobre una rueda de la fortuna.