17 AÑOS ANTES
Faltaba poco para su cumpleaños número seis cuando por fin su madre no pudo ocultar más su malestar, dejó de maquillarse dejando ver las marcadas ojeras que sus ojos cansado, enrojecidos por el llanto, y ella no pudo notar que su madre se había estado yendo de apoco y estaba a punto de emprender un viaje del cual ya no regresaría.
- Mamá, a qué hora padre llegará, dijo que hoy si traería rollos de canela
Lamentablemente su edad no la dejaba apreciar lo que los adultos le ocultaban, su inocencia no entendía por qué su madre casi nunca se levantaba del sillón, por qué su padre las había estado acostando temprano a ella y a su hermana y por qué ya no salían al jardín de juegos los fines de semana. Ella solo sabía que extrañaba los momentos felices, cuando todos reían y jugaban, cuando veían películas o solo tomaban una taza de chocolate caliente y observaban como el paisaje se tornaba blanco al llegar el invierno.
Era un infante y necesitaba atención.
- No se mi amor, pronto, ¿quieres que haga chocolate caliente?
La mujer se escuchaba cansada, sus piernas dolían por la falta de energía y el hecho de no moverse. La pequeña de ojos grises casi perlados y cabello oscuro en frente de ella era su imagen, en todos los sentidos, se sentía orgullosa de su creación, si había algo de lo que no arrepentiría al morir seria de haberla traído al mundo, ella completo cualquier cosa que le faltara.
Su hija era una niña diminuta a comparación de otros niños, pero en su pequeño cuerpo albergaba un enorme corazón. Lo notó desde que habían decidido darle una hermana. La forma en que esos grandes ojos miraron al nuevo bebe de la familia, llenándose de lágrimas y tocándolo como si se pudiese romper solo reforzó su creencia que sería un alma de Dios en el mundo, que su presencia salvaría a más de uno, y que sería quien sacaría del pozo a su marido.
- ¡Si!
La vio saltar de un lado a otro mientras aplaudía feliz. Con todas sus fuerzas no dejo salir las lágrimas que amenazaban con arruinar la sonrisa en la cara de su pequeña hija.
- Bien, quédate aquí mientras lo preparo - difícilmente se pudo poner de pie. No tenía ganas de nada, solo quería cerrar los ojos y dormir. No podía hacerlo, sentía cerca el final y lo único que necesitaba era ver a su familia unida, feliz, una última vez.
Escucho el llanto de Hanabi quien recién despertaba y un "yo voy mami" de Hinata, amaba a sus hijas, tenía tanto miedo de dejarlas solas en un mundo incierto sin una madre que expresara el amor con el que debían crecer.
Hiashi las amaba tanto como ella, pero él era hombre, criado con protocolos y costumbres absurdas y a pesar que ella se había esforzado por volverlo más expresivo sabía que con su partida el caería a un pozo del cual no podría salir, y tal vez lo volvería aún más inexpresivo de lo que era. Si eso pasaba ¿Quién haría sentir amadas a sus hijas?
Cuando termino le marcó a su esposo para que no olvidara traer rollos de canela a casa.
Pasaron horas y no llegaba, ella ya no soportaba más, necesitaba dormir con urgencia, pero la cara triste de su hija mayor no la dejaba ceder, en el fondo sabía que esa sería su última noche y esa no sería la última imagen que vería de su familia.
- ¿Por qué rayos hiciste que tu madre se agitara?
Cuando llegó el olor del chocolate caliente lo golpeó haciendo enojar profundamente. En el fondo sabía la rabia era hacia sí mismo por no llegar antes, por quedarse en la empresa hasta terminar su trabajo aun cuando supiera que su mujer necesitaba más que nadie de él. ¿Pero y que podía hacer? toda su vida lo habían criado con ese lema, no podía dejar que otros hicieran su trabajo, debía pensar en el bien de todos los trabajadores y de la empresa en general, aun así, no pudo evitar descargar su frustración en la mayor de sus hijas.
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PRINCESA
FanfictionHinata Hyuga se vera obligada convivir con el siempre patán de Sasuke Uchiha solo para que las empresas dejen de tener roces hostiles. Él intentará mostrarle su dominación y ella deberá ser fuerte para resistir y así cumplir con el mandato que su pa...