El Regreso

110 7 0
                                    


Ya habían pasado 12 años desde que mi padre tuvo el accidente en el desierto de Sahara. Cuando regresó, lo primero que hizo fue contarnos su historia, así fue como conocí al principito. Yo estaba fascinada, tenía 10 años y para mi fue como hacer un nuevo amigo.

Desde entonces hemos pasado muchas cosas, mi madre falleció hace 10 años y desde entonces mi padre y yo hemos estado solos, sin embargo, mi padre aún no ha olvidado. Cada vez que podía leía la historia del principito, pero conforme iban pasando los años iban surgiendo otras prioridades.

Cuando iba a casa de mi padre ésta era una catástrofe, tenía cosas por todos lados, recuerdos de los lugares a los que había viajado; esa era una de las principales razones por las que me había mudado.

-¡Rose!- exclamó mi padre feliz.

-Hola, papá- lo saludé.

-Que bueno que viniste, necesito que me lleves por una pieza para mi avión- desde el accidente mi padre se ha dedicado a reparar aviones. Cuando le pregunte por que reparar aviones y no seguir viajando por el mundo me contestó: "Si sigo viajando tendré más historias que contar y la única historia que me importa es la que quiero recordar". Al principio no entendí bien esa frase, pero ahora puedo comprenderla perfectamente; ya no quiero recordar otra cosa que no sea mi madre.

-Ya estás muy grande, deberías dedicarte a algo menos pesado- Mi padre me dio una tierna sonrisa.

-Oh hija mía, nunca se es demasiado tarde para recordar y menos para soñar-. Me dio un tierno beso en la frente y salió hacia el auto.

-Lo digo en serio, padre, me preocupa que te lastimes mientras reparas un avión-. Mientras conducía, veía como mi padre cerraba los ojos por la brisa que entraba por la ventana.

-Sé que te preocupas, pero no debes hacerlo. Soy feliz, cuando no lo sea ahí si preocúpate. El Principito no tenía preocupaciones y era feliz-. Me miró sonriendo. A lo largo de mi vida he pasado por muchas etapas y una de ellas fue "El principito". Al principio, cuando mi papá regresó a casa estaba encantada con su historia, después, conforme pasaban los años, la etapa de el Principito fue expandiéndose, todo lo que pasaba en nuestra vida lo relacionaba con el Principito y cabe decir que esa etapa no ha terminado.

-Papá...

-Si, si, si, ya sé. Tendré cuidado- lo miré alzando una ceja, al fin y al acabo no podía quitarle lo que lo hacía feliz.

Después de comprar la pieza regresamos a su casa, ahí me invitó a comer y después vimos algunas películas hasta que el sol empezó a ponerse.

-La extraño- confesé mientras veíamos la puesta de sol desde la azotea. Se había vuelto tradición cada vez que iba a visitarlo.

-Lo sé, yo también lo hago-. Cuando murió mi madre fue muy doloroso para mí, lloraba día y noche, mientras que a mi papá nunca lo vi llorar, al contrario, siempre me sonreía y aún más a las estrellas.

-¿Por qué sonríes cuando mamá acaba de irse?- le pregunté mientras estábamos acostados en el pasto viendo el cielo estrellado.

-Porque no se ha ido- lo miré confundida

-¿Ves esa estrella de allá? Pues ahí está mamá- señaló hacia el cielo.

-¿Cuál de todas?- Pregunté confundida intentando hallar hacia cuál había apuntado.

-No sabría decirte con exactitud y por eso es que está en todas las estrellas- miré el cielo y vi como brillaban para mí, como mi madre brillaba para mí.

-¿Está con el Principito?

-Así es, desgraciadamente el asteroide del Principito es demasiado pequeño para los dos, pero lo más seguro es que esté en un asteroide vecino.

El regreso del principitoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora