Para Reynaldo Gasca, en los últimos meses su vida se había vuelto fría, una vida perfecta entre trabajo, diversión y descansó. Cualquiera envidiaba el estilo de vida del ahora líder del equipo charro del rancho "De la Cruz" pero para Rey su vida est...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ambos caballos iban caminando a la par mientras pasábamos por las tierras de los agaves del rancho, observé como Zac se quedaba impresionado al ver los enormes terrenos forrados por las siembras.
— Son de 7 a 10 años en los que tarda en madurar la piña del agave. — Dije orgulloso viendo los terrenos.
— ¡No es cierto! — La cara de impresión del gringo me daba risa al verlo me daba cuenta como los rayos del sol, resaltaban sus ojos azules, un cálido azul que parecía no tener fin. — ¡Es demasiado tiempo! ¡¿Cómo le hacen?! —
— Bueno no creas que estas son las únicas tierras. Hay decenas terrenos que Don Isidro y su familia han estado adquiriendo y sembrando a lo largo del estado. Esto con el fin de tener buenas temporadas año con año para poder tener la producción necesaria. Se debe de tener los tiempos medidos y sincronizados año con año. —
— Impresionante. He leído que además el tequila lo tienen que dejar guardado por un tiempo para que se vuelva otra presentación. —
— Exactly. 7 a 9 meses para reposado y más de un año para añejado. Se guardan en barriles de roble con una pequeña capa carbonizada. — Con seguridad hablaba mientras seguía viendo el rostro del chico.
— Increíble. — respondió. — Entonces trabajas aquí en los sembradíos. — Afirmé con la cabeza.
— Es mi vida aquí. Me gusta estar en las tierras bajo los rayos del sol, sonará extraño pero a pesar de que son días de chinga por las condiciones, al acabar la satisfacción que tengo me da las energías para continuar los días siguientes.
He hecho muchos amigos por sobre estos pedazos de tierra así que cuando me dijeron que debía de dejar mi trabajo aquí por ir a enseñar al curso, me enoje mucho. — Reí al final para calmar un poco la situación.
— Ahora entiendo tu mal humor los primero días. — Dijo con una sonrisa el chico.
— Bueno, perdona por eso. Pero hay tres razones para traerte aquí. La primera es que quiero que te acostumbres al caminar de Midnightstar. La segunda es que también era necesario sacarlo para que se desentuma mejor. Y la tercera es para mostrarte las tierras e ir a ver a esa bola de cabrones. —
— ¿A quiénes? — Preguntó curioso.
— Mira. — Apunté a lo lejos hacia las tierras atrayendo la atención de otro. — Allá esos monitos que se ven, vamos con ellos. — Sonreí. — El ultimo que llegué paga la comida de mañana. — Reí burlescamente dando rienda suelta al caballo empezando a correr.
— ¡Damn! — Zac le dio la orden al caballo negro para correr lo cual hizo a gran velocidad. Podía ver como estaba tomando gran velocidad, y como en poco ya estaba al lado de mí. Sonreí viendo como estaba poniendo en práctica lo que le había enseñado y como con cada paso Midnight comenzaba a tomar ventaja. No tardamos mucho tiempo para que los jimadores nos vieran y se acercaran a la orilla. — ¡ZAC! ¡Comienza a frenar lento! —
