Capítulo 4: Retratos.

6 1 0
                                    

-Si lo hacemos rápido, terminará rápido y será menos incómodo-largué y Adam, quien venía a mi lado para ir a su casa me miró.

-Yo no me siento incómodo-dijo y después de unos segundos me sonrió-¿Acaso te incomodo mucho?-se detuvo y me tomó de la mano atrayéndome a él.

Lo corro al instante y sonríe aún más, como si le encantara ponerme en ésta situación.

-No, pero no quiero pasar mucho tiempo contigo-dije y éste asintió aceptando mi postura.

-Bien-dijo.

Llegamos a su casa, y vi a Francisco en la cocina. Realmente estoy incómoda.

-¡Ginger!-gritó éste en cuánto me vió-Me alegra mucho que se lleven bien-dijo

-No nos llevamos bien, papá-largó Adam mientras guardaba su billetera en el bolsillo delantero de su jean y dejaba la mochila negra en el sillón.

-¿Ah, no?-preguntó

-No tanto...-dije-Recién nos conocemos-agregué y se me vino en mente la conversación que tuve con Elena.

-Está bien-dijo Francisco.

-¿Vamos? ¿O piensas quedarte toda la tarde con mi padre?-preguntó de mala gana y rodé los ojos.

-Ya ve...-dije y Francisco largó una sonrisa igual a la de su hijo.-Nos vemos-salí con Adam en busca de alguna carpeta de dibujo para comprar.

-¿Querés ir en auto?-preguntó y asentí. No quiero perder tiempo.

Entramos en el coche y el olor a cigarrillos me inundó. Por dios, es asqueroso.

-¿Qué tienes?-preguntó encendiendo el honda.

-Nada, sólo me molesta un poco el olor a nicotina-rodó los ojos y se puso un cigarro en la boca.-¿Es en serio?-pregunté y ahora yo rodé los ojos.

Abrí la ventanilla y él hizo lo mismo.
Por fin, aire puro y fresco.

-¿Conoces algún lugar donde vendan esas mierdas?-preguntó.

-Si, dobla acá en la esquina y seguí tres cuadras-le indiqué.

-Bien-dijo y después lo vi sonreír.

-¿Qué?-pregunté

-No, nada-dijo y se concentró en el camino. Dobló y en apenas unos segundos subió la velocidad haciéndome casi infartar.

-¡Imbécil baja la velocidad!-traté de decir con el viento que me pegaba y despeinaba.

Largó una risa.

-¡Es acá!-grité y clavó los frenos haciendo que caiga hacia delante.-Eres un idiota-dije y bajé del auto-Por eso es que sonreías-lo golpeé en el hombro y éste empezó a reír a carcajadas.-¿Qué? ¿Qué tengo?-me hizo seña que me mirara en el auto mientras él no paraba de reír.

Mis pelos estaban super despeinados gracias al jodido viento, y reí al verme.
Comenzamos a reír los dos juntos.

-Eres un imbécil-repetí y éste hizo como si se sacara una lágrima.

-Vamos-dijo y entramos en la tienda.

-Buenas tardes...¿Puedo ayudarlos en algo?-la chica de la tienda preguntó y le sonreí.

-Hola, si...estamos buscando unas carpetas de dibujo.

La chica se dirigió a un sector de la librería, donde había especialmente cosas para dibujar. Y allí sacó varios modelos de carpetas.
Adam la miró de arriba a abajo, quedándose unos segundos allí...en el sector de abajo.

Lo golpeé dándole un codazo.

-¿Qué?-dijo despacio y rodé los ojos.

-¿Algo así buscan?-preguntó la chica.

-Si, es esa-dijo Adam.

-Bien, llevamos una-dije y ésta asintió.

Fuimos de nuevo al mostrador y Adam pagó.

-Después te doy la mitad-le dije.

-No es necesario-rodé los ojos.

-Ya dije que sí-dije

-Como quieras-se rindió éste y la chica sonrió.

-Hasta luego-dijo y nos fuimos.

-¿Vamos a empezar ya?-dijo y asentí.

-Supongo que estaría bien-dije y subimos al auto.

Adam arrancó y cuando digo arrancó, quiero decir a manejar a toda velocidad.

Lo vi sonreír y rodé los ojos. Sin decir nada, me puse el cinturón de seguridad y disfruté del rápido viaje al parque central.

Estacionamos y caminamos a algún lugar donde no nos de tanto el sol.

-Voy a buscar inspiración-dije tomando mi celular y comencé a buscar dibujos en Pinterest. Supongo que esa no era la consigna, pero no me importa. Necesito terminar esto de una puta vez.

Vi a Adam tomar la carpeta y el lápiz.

Seguí buscando, muchos paisajes y dibujos de amor. No quiero nada de eso. Ya me estoy estresando, no se si por el hecho del trabajo, o porque tengo a Adam aquí conmigo.

-Uno de mil-escuché decir a Adam.

-¿Qué?-dije

Me dio la carpeta y vi el primer dibujo.
Era yo.

-¿Cómo...?

-Con el lápiz y mis manos-dijo y rodé los ojos. Adam sonrió.

-Eres muy bueno en esto...-dije sonriendo-Supongo que después de todo...me alegra que sepas hacer algo-ahora Adam rodó los ojos y yo reí.

El dibujo era perfecto, perfecto para iniciar con la carpeta. Todos los detalles que al parecer tengo y no me doy cuenta. Como mi pelo despeinado, mi lunar en el lado izquierdo del cuello y  el cómo frunzo el ceño cuando me concentro hace que se me haga una pequeña línea en la entre ceja.
Era perfecto.

-Ahora te toca a vos-dijo Adam.-Quiero que hagas un retrato de mí-tragué fuerte-Cuerpo entero-abrí los ojos y negué.-Obviamente lo harás, pero no aquí, porque todas se morirán al verme con el torso al descubierto-dijo

Adam.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora