La tortuga y la liebre

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Kyungsoo y Chanyeol se conocían desde el inicio de la universidad, compartían las mismas clases y haciendo bastantes cosas juntos.

Ellos podrían parecer realmente buenos amigos, y de hecho lo eran, pero había otro detalle detrás de todos los toques inocentes, las sonrisas tontas y las interminables horas que pasaban juntos.

Ellos se gustaban.

Aunque al principio no había sido para nada así. Cuando se conocieron, Kyungsoo y Chanyeol discutían todo el tiempo, nunca podían ponerse de acuerdo y tenían debates constantes sobre las situaciones más absurdas que la gente se pudiera imaginar. Pero nadie debía confundirse, ellos nunca se odiaron, en ningún momento, sólo les gustaba llevarse la contraria a veces.

Al inicio, Chanyeol no había sentido nada por el chico de labios de corazón, bonitas mejillas y grandes ojos. Para él todo era completamente normal, Kyungsoo fue un chico cualquiera a primera vista; no iba a mentir diciendo que todo había sido amor a primera vista, y que cuando lo vio, fuegos artificiales explotaron en su interior mientras el corazón se le aceleraba. Sería falso.

Sin embargo todo fue cambiando lentamente, casi sin que se diera cuenta comenzó a notar que el chico de grandes ojos dejaba de ser visto como un simple amigo más. Eran pequeños detalles: como su corazón acelerándose cada vez que conseguía con éxito hacerlo reír por algo, o tal vez cuando se sentía realmente molesto porque todos parecían no conocer el espacio personal de su amigo; lo definitivo había sido un día que estuvo tan enfermo de fiebre que Kyungsoo se había quedado a cuidarlo, podía recordar con perfección como su corazón comenzó a latir desenfrenado al despertar y ver al chico a milímetros de él.

No fue difícil adivinar qué los tonos rojizos pintando sus mejillas no se debían a la fiebre.

Ese día Chanyeol supo que Kyungsoo habia dejado de ser un amigo cualquiera para convertirse en el chico que le gustaba.

Pero había una pequeña situación, sólo un detalle pequeño.

Chanyeol sabía que Kyungsoo lo quería, pero el mencionado parecía ser el único que desconocía ese detalle todavía.

Sin embargo a Chanyeol no le importaba que Kyungsoo fuera lento, él podía esperar pacientemente a que se diera cuenta de sus sentimientos, después de todo, paciencia tenía de sojra.

—¡Feliz cumpleaños, Chanyeol! No esperes que esta cosa sepa deliciosa porque estoy seguro que seguí un paso mal en la receta.— Chanyeol sonrió alegremente cuando observó un pastel mal decorado y con una consistencia ligeramente cuestionable frente a él.— Ahora pide tu deseo.

Con emoción, el más alto cerró los ojos y junto sus manos mientras pedía abiertamente su deseo.

—Quiero que Kyungsoo permanezca a mi lado por siempre.

Entonces abrió los ojos y sopló las velas con fuerza, apagándolas prácticamente al instante, una vez que eso estuvo hecho con una sonrisa satisfecha volteó a ver al de labios de corazón quien desvío la mirada en cuanto sus ojos se encontraron.

—No seas idiota, los deseos dichos en voz alta no se cumplen.

Sin embargo, Chanyeol pudo apreciar ese pequeño y casi imperceptible sonrojo que estaba adornando las mejillas del otro, mientras esté esquivaba un poco su mirada.

¿A quién le importaba si Kyungsoo era un poco lento? Él definitivamente iba a esperar.

Aunque a veces el alto se sentía tan ansioso como la liebre en aquella historia que solían contarle a los niños para darles una bonita moraleja.

Su corazón latía más rápido que el de Kyungsoo, él había querido primero al bajito, tanto que se preguntaba si estaba siendo demasiado apresurado porque siempre se sentía como si todo fuera demasiado lento y las cosas no avanzaran hacía ningún lugar (para su desgracia).

Turtle [ CHANSOO ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora