A MI LADO

PRÓLOGO

— ¡No te vayas! —gime sus palabras—, por favor, resiste solo un poco más eh-eh y-ya casi llegamos, porfa escúchame sigue escuchando mi v-voz te lo pido, te juro que te pondrás b-bien. Chiquita, linda, te amo demasiado y si me dejas te odiaré por el resto de mi vida... está bien, n-no lo haré no podría pero aguanta... —literalmente este hombre se encuentra gritando, suplicando a los cuatro vientos por una vida, una a la que desea salvar así tenga lo que tenga que hacer.

No se rinde y se niega a dejarla marchar a otra vida, la quiere consigo nada más.

— Oiga, le suplicamos guarde la calma, ¡todo saldrá bien!, además necesitamos tome asiento y se abroche por seguridad —se resiste, pero ¿por qué no hacerlo? Se encuentra alterado, la ansiedad lo tiene bien cegado— ¡Escuche bien, usted es un soldado, compórtese como tal! ¡¿O es que acaso no ve que qué estamos en un helicóptero de guerra en pleno vuelo, que caso no nota las compuertas abiertas, acaso quiere morirse también?!

— Solo ayúdenla... —observa el cuerpo inerte que está casi sin vida— solo... miren el estado en el que se encuentra, si no la ayudan —hipea sollozando sus palabras— morirá y no quiero eso, es mi mejor amiga, lo único que tengo...