Chanyeol acababa de llegar a casa, había sido un día pesado para él en el trabajo y descansar un rato no le vendría mal. Trabajaba en una empresa importante de Corea y ganaba lo suficiente para mantenerse el solo. Casi cerca de ser millonario, a decir verdad. Tenía 27 años, vivía solo y en un barrio caro. Se daba sus lujos, pero era una persona humilde y poco creída por lo que poseía. Y era bastante famoso, no solo por su dinero, sino por su belleza, destacaba por ello más que todo.
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En la noche, alrededor de las 10:30 pm estaba ya preparado para irse a dormir, pero sus intenciones de irse a descansar fueron espantadas por un fuerte lloriqueo de niño pequeño. Intentó ignorarlo, pero se hacía más fuerte a medida que pasaban los minutos. Las ganas de salir a pelear no sobraron, estaba buscando al padre o madre de aquel crío que lloraba de tan espantosa manera para pedirle que lo callase. Pero no encontró a nadie alrededor, todos sus vecinos estaban ya durmiendo y parecía el ser el único en escuchar aquel sollozo. La curiosidad por saber quien lloraba le mató tanto que salió de su recinto hasta el parque que había en frente de los apartamentos donde vivía. Allí pudo notar que el sonido se hacía más cercano, y sabía, que ahí encontraría al responsable de ello. Se topó con un niño, no, era un muchacho, como de 15 años, de el provenía ese sollozo, pero se extrañaba, pues era demasiado agudo para ser de alguien tan grande. Sin miedo alguno, preguntó.
— ¿por que lloras?
El pequeño se volteó lentamente, dando a mostrar completamente su rostro.
Parecía un ángel. Era pálido, y al parecer, albino. Sus pestañas y pelo era blanco, sus ojos tenían un peculiar color morado que cambiaba a rojo, y bajo sus mejillas, un suave color carmín. Sin duda era El Niño más bonito que había visto antes.
— ¿pu-puede...ver...me?
Preguntó el albino en un hilo de voz, lloriqueando.
— Claro que puedo verte, ¿por qué no lo haría?
Su mano se deslizó hasta la ajena para ayudarle a levantar, pero la traspasó, y la misma se esfumó como humo, a los pocos minutos volvió a aparecer, y no dejaba de ser sorprendente para él.Quedó atónito, sin palabras, tampoco podía moverse, y el menor solo lo miraba con miedo, si miedo.
— ¿Quien...es usted?
— ¿Qui....Quien eres tú? ¿Eres un...un maldito fantasma?
— N-No hable así, por favor, no maldiga. Y...creo que...s-si, estoy...¿muerto? Chanyeol no podía creer lo que veía y escuchaba. Y parecía ser el único que lo hacía, porque la gente pasaba a su alrededor y lo veían de una fea manera, tratándole de loco.
— Yo...yo. Hah, no, estoy demasiado cansado, quizá estoy alucinando, si. Mejor iré a casa.
— ¿Eo?
Chanyeol se marchó, corriendo lo más rápido hasta llegar a su casa y así poder encerrarse ahí. Pero apenas cerró, vio como el pequeño cuerpo del albino traspasaba la puerta recién cerrada.
— Estoy alucinando, dormiré, si, mierda, tengo que dormir.
Ignoró el hecho de que el pequeño le seguía a todas partes sin mencionar nada, solo observándolo con curiosidad. Y se encerró en su habitación, tomando pastillas para dormir rápido.Al día siguiente, se levantó y no divisó al fantasma del día anterior, aliviado suspiró y se dirigió hasta la cocina, donde comenzó a buscar algo para comer. Allí sintió un escalofrío en su espalda, y cuando se volteó, pudo toparse con el paliducho pequeño.
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「第一眼。 ━ Fɪʀsᴛ sɪɢʜᴛ . ✦ . ✫ 」
Mystery / ThrillerEven the stars admire the brightness of your eyes .