POV Isabella:
Ring Ring
Suena la molesta alarma de todos los días, para empezar mi bendita y hermosa mañana. Nótese el sarcasmo.
Me levanto como puedo de la cama y pongo música para alegrar mi día, desde pequeña me ha encantado la música y bailar; esas han sido mis pasiones desde que tengo uso de razón. Soñaba en convertirme en una gran bailarina de ballet; mi madre lo fue, era muy reconocida pero tuvo que dejar su carrera.
Todo comenzó con simples nauseas, dolores de cabeza, desmayos constantes y una fiebre muy alta. La lleve al hospital y los doctores nos dieron la terrible noticia que tenía cáncer. Leucemia, para ser más específica. Como es de esperarse, esto le impido continuar como Primera Bailarina de la Compañía de Ballet para la que trabajaba.
Dos años antes, había decidido seguir los pasos de mi madre y audicione a una prestigiosa academia de ballet en Nueva York “Joeffrey Ballet School”; semanas después recibí la mejor noticia de mi vida ¡Había sido admitida! Llore de emoción junto a mi madre. Pero debido a su salud, mi sueño se tuvo que posponer; con todo el dolor de mi corazón tuve que rechazar mi admisión. Las medicinas y tratamientos para la Leucemia son costosos y el dinero que mi mamá tenía ahorrado rápidamente se iba acabando.
Así es como me ví en la necesidad de buscar un trabajo. Por lo cual tuve para mi pena, y hermosa suerte que poseo, trabajar en un Bar llamado “Sunset Strip” como Dama de Compañía; eso sí, es un lugar muy prestigioso y con una jefa que muy estricta, una bruja.
Salgo de mi hermoso cuarto, camino hacia la cocina y me encuentro con mi hermosa y atolondrada madre. Créanme que para tener 40 años está muy bien conservada, se preguntaran ¿Por qué? Bueno, me tuvo muy joven, a los 17 años, creo que fue por falta de condón y una borrachera; no lo sé, solo ella sabrá, pero mi simpática mamá siempre me dice: “Eres mi hermoso error.” Tan linda y tan sincera.
—Hola, Ma! —La salude con entusiasmo.
—Buenos días, mi pequeña Puki. —Me contesto sonriendo.
(El apodo puki me gusta en lo personal, no tiene nada que ver con isabella)
—¡Mama! ¡¿Enserio?! Sabes que no me gusta que me llames así, aparte ya estoy grande; tengo 21 hermosas primaveras. —Dije con orgullo.
—Pero Puki. —Ella se quejó como siempre. —Para mí, es como si estuvieras en pleno desarrollo. —Hizo un pequeño puchero.
—No es cierto, mi cuerpo está muy bien desarrollado. —Mire hacia abajo. —Mmm; bueno, lo único que falta para que me vea mejor es mi parte delantera. —Apunte a dicha parte de mi cuerpo.
—Bueno, Isabella. —Mi madre dijo en un tono serio. —Eso no lo heredaste de mí; culpa a ese señor que puso la semillita para que nacieras. —Gruño.
Si se preguntan quién es el culpable de poner la semillita, aunque por mi parte la culpa es de mi madre. Pero regresando al donante de la semillita, al momento que se enteró que mi mamá estaba embarazada no quiso cargar con una responsabilidad que arruinara su vida era de fiestas, alcohol, amigos y sexo. Así que no me interesa saber de él; lo único que se, es lo que me dijo mi madre hace tiempo. Era muy atractivo y con dinero, bueno el dinero de su familia; por mí se pueden ir mucho a ustedes ya saben dónde.
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AMAR SIN RESTRICCIONES
Teen FictionEl sueño de Isabella es ser bailarina, pero para llegar hacerlo, pasara por muchas cosas buenas y malas, trabajando en un bar en las noches, como dama de compañía, en Sunset Strip. Pero la enfermedad de su madre empeoro, si llegara a ser la nueva ni...