Logró llegar a la puerta del sótano que tenían dentro de casa. La misma que estaba solo a dos pasos de la encimera en la cocina.
Vivir con un inventor te daba pie a la necesidad de acostumbrarte a ciertas cosas, como encontrarte herramientas en cualquier rincón de la casa o continuamente tener manchas de aceite en la ropa, incluso escuchar uno o dos golpes fuertes reglamentariamente seguidos de un «¡Estoy bien!», era lo que tenía, era estar constantemente al borde del desastre y la precaución. Naturalmente, Eiji estaba acostumbrado a eso. Pero a las explosiones, por más pequeñas que fueran, y a las cortinas de humo, por menos espesas que fueran, no se permitiría acostumbrarse.
Abrió la puerta con más fuerza de la necesaria, dejando que el humo tuviese más sitio por el que esparcirse y, sin quererlo, llevando algo de ello a sus pulmones. Tuvo que toser un poco antes de poder gritarle a su padre para que diera una señal de vida, cosa que no tardo en hacer.
"¡Esta todo bien! ¡No te preocupes! No es necesario que vengas, es solo..." Se interrumpió a sí mismo para toser con fuerza.
Bien, podía asegurar que al menos aún respiraba. Aunque eso no aminoró los intentos de Eiji para hacerse camino dentro del desordenado sótano, no estaría del todo tranquilo hasta que pudiese verlo entero con sus propios ojos. Cuestión de haberlo encontrado varías veces antes siendo casi aplastado por objetos pesados.
Suspiro aliviado cuando lo encontró de frente a una maquina en la que, como si no hubiese pasado nada, seguía trabajando. Tenía la mitad del cuerpo cubierta de lo que, presumiblemente, era ceniza, a excepción de un muy marcado circulo alrededor de sus ojos. Cosa de tener protección a medias probablemente. No cambio su expresión de estrés aún cuando se dio cuenta de la presencia de Eiji, quien a pasos largos se acercó a examinarlo, aunque realmente no parecía haberse herido en lo absoluto.
"¿Te has hecho daño?"
"Estoy bien, no tienes que preocuparte" respondió bajito, sacudiéndose la ceniza de los brazos.
"¿Que fue lo que—?"
"Tuve un problema con el funcionamiento de los engranes nada más, puedes irte." Corto, siendo esta vez un poco más duro, parecía no estar dispuesto a responder más.
"Bien." Le dio la razón, en pos de evitar cualquier tipo de confrontación. Podía sentir su frustración y no quería impulsar más el sentimiento, suponía que con la explosión que provocó habría tenido suficiente.
Se quedó a sus espaldas desobedeciendo su petición, no quería irse tampoco, no le gustaba dejarlo solo cuando comenzaba a frustrarse. Sabía lo duro que era el pasar horas, incluso días, construyendo algo desde cero para que en el momento final sea incapaz de funcionar correctamente o no pueda encender, sumado a no saber el porqué en la mayoría de los casos. Se partía la cabeza pensando, muchas veces se llevó a su mismo a sobrepasar sus límites y terminar en un deplorable estado de salud.
Otra cosa a la que se había acostumbrado era a saber cuando actuar en pos de sus reacciones. Ahora solo podía esperar que se calmara por su propia cuenta. Cosa que parecía estar haciendo, ya no parecía que fuese a romper las herramientas cuando las sujetaba.
"... Esta vez va enserio." Aseguró suavemente instantes después, como si le estuviera dando fin a sus pensamientos. Dejó caer sus brazos con pesadez, se alejó del invento y avanzó en busca de un sitio en el que sentarse. "No puedo hacerlo."
Eiji lo siguió, quedándose de pie frente a él, mirándolo expectante.
"No puedo hacer que funcione." Acepto. Se pasó una mano por detrás del cuello, quedó una mancha negra por donde sus dedos pasaron. "No se que es lo que está fallando, ya revisé todo el sistema, de pies a cabeza, no hay nada. Esta todo en su sitio, no puedo encontrarlo, no puedo terminarlo para mañana, no puedo." Se froto el rostro con ambas manos, resignado. "Ya no puedo."
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Something hidden in his eyes [Banana Fish]
Hayran Kurgu«Érase una vez en una tierra lejana. Un joven príncipe que vivía en un hermoso castillo...» Una historia tan vieja como el tiempo mismo. De un encuentro inesperado, de un romance incorrecto. De un mundo en el que pueden ser, aunque no deban ser. De...