Unico

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Recuerda como llego hasta ahí.

El orfanato en Kyoto, Konoha, ha tenido a Iruka encerrado hasta sus quince años, no es la mejor vida pero al menos tiene techo y lugar donde dormir, y eso comienza a adorarlo cuando descubre que ha sido contratado por un gente que el no conoce.

Antes, el era un niño muy atrevido y muy retador, siempre llevandole la contraria a las maestras y dejando de lado los valores, convirtiendose en el favorito de sus compañeros.

Recuerda a muchos chicos, niños que se van, niños que vienen, pero jamas lo olvidara a el. Recuerda haberlo visto poca veces, cuando juntaban a los grupos mas jovenes con los mas avanzados, fue cuando el tenia 7 años que  lo vio por primera vez, tan alto, tan lindo, delgado e imponente, de cabellos blancos como bendición, siempre tan serio, ese chico había llegado con catorce años, y solo se quedo un año cuando comenzaron las selecciones, todos ellos eran seleccionados por hombres con mucho dinero o con pocos empleados. Iruka tiene memorizado aun su cara cuando camino lejos del orfanato.

Iruka ahora tiene la fortuna de irse, no al pueblo, sino a otro encierro.

El establo en cualquiera lugar que fuera ese, Iruka vea todos los lugares iguales. Lo ultimo que le dijeron antes de alejarse de la gente que apenas conocia fue:

-ahí aprenderas sobre disciplina y respeto

Cuando llego a su destino escogido se encontro con un monton de gente de gran tamaño y gran extensión, gente que el no tenia ni la menor idea, con ojos mas pequeños que los suyos, mejillas grandes y narices enormes, dedos como salchichas y cabellos como las geishas, tan largo y en un solo peinado.

Fueron años de agotamiento y de dolor, ahí no existia la palabra "rendirse" o la de "abandonar" se vio en la obligación de subir de peso, comer mas de lo habitual, comer por la tarde tanto como quisiera,las mañanas nunca podia desayunar, todo el dia era arduo entrenamiento sin descanzo, incluso al comer sentia dolor y agotamiento. Cada dia se sentia diferente, cada dia se pesaba, y cada dia descubria mas peso encima. Fue hasta despues que entendio que estaba siendo entrenado para ser un luchador de sumo ¿para que más iba a ser tanta grasita?

- Iruka, te toca.

Le gritan, se concentra, aleja todos los temores lejos con un movimiento de dedos, junta todas sus llemas y jala sus miedos como si fueran un hilo de tela invisible, cuenta hasta diez y deja de ser el chico que era para convertirse en un depredador.

Entra al Dohyo, palmea sus manos para sacudir toda la arcilla de arena que obtuvo al subir, la pelea inicia, no existe la descepción ahí, solo la humillación que uno mismo se crea, tampoco se crea el gran orgullo, solo el respet de mas gente.

Levanta su cara, su sorpresa hace que termine siendo derrotado por su contrincante, un chico de cabellos blancos, con piel como la nieve, con suaves manos y hermoso lunar debajo de esos labios delgados. Su alma vuelve a el cuando se da cuenta que su segundo round tambien ha sido vencido, solo se queda fuera de la soga de arroz que los separa, hace una reverecia en silencio y baja del Dohyo, mira por donde marcha el chico, sus piernas rechonchas hacen que camine con las piernas abiertas y con las puntas de los pies viendo hacia afuera. Se escabulle hasta donde se encuentra el, se asusta cuando lo ve esperando parado donde Iruka suponia que estaba.

El primer encuentro de ambos, una presentación muy seca y cortante, una amsitad que lleharia lejos y que pronto iria más alla de solos una mirada lejana.

-Minato-samma es mi Danna, el obviamente no ha tenido copulacion conmigo a excepcion del dia que compro mi virginidad, ¡imaginate! El me eligio, el mejor posto a una Maiko, la Okiya quedo sorprendoda cuando se entero del precio por mi, el mejor postor a una simple Maiko.
Iru-chan, pronto sera mi Erikae, para celebrarlo Minato y los demas cenaremos juntos, ¿que dices? ¿vienes?

Honor Y DisciplinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora