26 de diciembre de 2018

1 1 0
                                    

No sé qué hacer, no sé qué sentir, no sé qué pensar, solamente me queda extrañarte, llorarte, esperar a que vuelvas y quedarme pensando en ti todo el tiempo. En estos días, la rutina ha sido la misma: me despierto pensando en ti, hago mi día y mi noche contigo en mi mente, cuando es la hora de dormir sueño contigo y a empezar el día de la misma manera. Y me siento tan impotente porque no puedo hacer nada más que esperar, a ver si vuelves, que ni siquiera sé eso, porque intento buscarte y hasta ahora no sé nada de ti.

Ahh, Daniel, eres mi ángel, eres mi pedacito de cielo, eres la luz que ilumina mi camino, eres todo lo que está bien.

Creo que nunca me había gustado un niño por tanto tiempo, ha pasado poco más de un año desde que nos conocimos, desde que te eché el ojo y comenzaste a gustarme, desde que conocí a un niño (en ese tiempo) que marcó un antes y un después en mi vida. Un niño realmente increíble, maravilloso, con un corazón precioso.

Hemos pasado tantos momentos de amor, risas, enojos, tristezas y perversión que nunca quisiera que terminaran.

No importa la fecha, no importa el clima, no importa el lugar... Daniel, me encantas y lo que importa es estar junto a ti.

Y bueno, como no sé qué pensar, pienso en ti, pero de una forma linda, siendo positiva, porque haciéndolo negativamente las cosas salen muy mal y no me gusta pensar mal de ti e inventarme cosas que no son.

Amo tenerte en mi mente todo el tiempo, generalmente imaginando una vida contigo; imaginando cómo sería cuando en un posible futuro, yo esté en Costa Rica, o tú estés en México. Somos tan felices, te lleno de besos y te abrazo, te abrazo toda la vida, te protejo como a mis libros; como a mis mangos congelados, como a mis termos de café; como a las cosas que más amo. Te consiento siempre y te doy mucho cariño.

Daniel, tal vez no nos conozcamos en persona, no me escribas ni me dediques poemas, no vivas cerca de mí, no podamos siquiera llamarnos, casi no pueda escuchar tu voz, no podamos vernos mas que en fotos, no me dediques dibujos ni cartas, no puedas venir a visitarme, no me des regalos o me lleves a comer o a pasear por la ciudad...
Tal vez no seas ni hagas esas cosas que quise alguna vez hacer contigo, sin embargo, para mí ya eres perfecto. Siempre te portas tan cariñoso conmigo, me dices lo linda que soy para tus ojos, aunque para los míos sea lo contrario, y no sabes lo bien que me hace que me digas que para ti soy hermosa y que me amas tal y como soy, te ríes de mis historias, tonterías y chistes aunque no les encuentres la gracia, me eres fiel, respetas mis decisiones, me respetas a mí, me apoyas y me aconsejas, estás para mí en todos mis problemas y en todos mis logros (que aunque no estés cuando quiero contarte algo equis o tan sólo hablar contigo, después eso deja de importar), siempre eres tan paciente y tolerante conmigo por más necia, insoportable, histérica o mal que pueda estar. Y todo esto es algo que valoro muchísimo. Además de esto, físicamente eres hermoso, me encantas mucho así; alto, de voz grave, labios gruesos e imagino muy suaves, pies y manos grandes, linda sonrisa, moreno, con esa clavícula queriendo hacerse notar y tu cabello sin peinar que tanto me gusta cuando está así. Siempre tan sexy y guapo, Daniel.

Eres una de las personas más valiosas y preciosas que he podido conocer, una de las personas que nunca jamás, por ninguna razón y de ninguna manera quisiera que se alejara de mí. Tal vez me hayas enseñado a estar sin ti, pero no lo aprendí bien. Pasaba semanas y semanas, en una ocasión, hasta un mes sin ti, pero para mí era diferente aun así, porque no me tenías bloqueada, mucho menos tan preocupada, y cada que iba corriendo hacia ti cuando me pasaba algo malo, tú estabas ahí, pero ahora ya no.

Te fuiste antes de que pudiera decirte "Feliz aniversario, mi amor" o "Feliz año nuevo, precioso". Tan sólo dijiste " Felices 6 meses, mi amooor", y te fuiste. Te fuiste sin decir adiós, te fuiste sin decirme cuándo volverías, dejándome preocupada. Te fuiste de mi lado desde hace ya nueve días, nueve días que se han vuelto una eternidad, en los que me encuentro desesperada por buscarte, encontrarte y preguntarte los motivos.

Aun así, quiero decirte que te amo, que espero estés bien, que estés feliz y que no haya problemas por allá en la bella Costa Rica, mi pedacito de cielo. Por favor te pido a ti y le pido a Dios que vuelvas con bien y que continuemos tan felices como desde hace un año. Te deseo mucho éxito, ojalá pueda volver a leerte pronto, bebé.

Tal vez me quede esperando tu regreso, tal vez te busque, te encuentre y te hable, no lo sé... Todavía sigo pensando en qué sería lo mejor. Mientras tanto, trataré de terminar el dibujo que estaba haciéndote por nuestros seis meses como pareja y trataré de escribirte más cartas, sé que te ponen feliz, y yo quiero verte muy feliz.

-Tuya, Angie.

Holaaa, volví u*u. Para los que me lean, perdonen que venga a escribir sobre mi vida amorosa, jaja, pero creí que era un buen lugar para escribirle cartas a mi novio uwu. ❤

Adiós, Dios los bendiga, cuídense.

-Dangie.  💞

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 04, 2019 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Daniel. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora