Cuenta la leyenda que antiguamente existía un astuto mago oscuro que gustaba de engañar a los hombres con sus trucos.
Poseía un maso de naipes encantados cuyas piezas contenían la esencia de una criatura fantástica que él mismo había creado.
Valiéndose de este poderoso y peculiar recurso, el mago, establecía sus tratos con los humanos.
El hechicero ofrecía liberar de la carta la criatura que su “cliente” escogiera, a fin de que aquel pudiera hacer uso de la magia que esta poseía hasta el momento en que su esencia volviera al maso, lo que se presumía ocurriría con su muerte.
El mago solo obtendría beneficio si al morir la criatura el humano seguía vivo. En tal caso se cobraría su energía vital como pago, con el objeto de incrementar sus propios años.
No obstante, la mayoría aceptaba el trato, dado que en el naipe figuraba el ciclo vital de aquellos seres y todos excedían los 200 años, mucho más que cualquier hombre.
Nadie contaba con que el tramposo mago, una vez que liberaba a las criaturas manipulaba las cartas para que en un breve plazo de tiempo su esencia regresara al maso, dando por finalizado el pacto y cobrando la deuda a su favor.
Sin embargo, cierto día cruzó su senda un hechicero blanco que, cansado de sus tretas y buscando justicia para los mortales, le hizo una oferta que el mago oscuro fue incapaz de resistir: le entregaría su magia y sus años de vida (los cuales eran cientos) a cambio de la liberación de las criaturas fantásticas y la nulidad de sus tratos fraudulentos.
La única condición que imponía era que el pago fuera cobrado tras la muerte de la criatura mágica a la que estuviera ligado. Un ser fantástico creado por su poder, el cuál sería escogido de su propio maso encantado, para evitar engaños por parte del mago oscuro.
El nigromante meditó los pormenores de la propuesta y pidió examinar el maso. Tras comprobar que sus pobres creaciones no vivían demasiado aceptó.
Optó por escoger un ave decrépita, de plumaje desvaído, cuyo periodo vital expiraba en tres días, según los datos arrojados por el naipe.
Finalmente, el pacto se cerró bajo juramento inquebrantable y pasado el plazo, el mago oscuro se preparaba para recoger su suculenta recompensa.
Tal como la carta encantada sugería el ave murió incinerándose a sí misma. Empero, grande fue la sorpresa al comprobar que el hechicero blanco se mantenía aún indemne.
El nigromante observó, entre contrariado y atónito, a una flamante ave emerger del puñado de cenizas ardientes, y desplegar sus alas de vivaz plumaje anaranjado irguiéndose gloriosa en toda su magnificencia tras haber derrotado a la muerte. En tanto que los números gravados en la carta también se regeneraban y junto a su ciclo vital aparecía por arte de magia el símbolo del infinito.
Entonces el mago oscuro entendió que él también había sido vencido por un contrincante que había resultado por demás digno, uno cuyas hazañas viajarían por los mágicos universos con la misma fuerza de su creación más preciada: el inmarcesible ave fénix.
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Inmarcesible
FantasyOneShot de fantasía. Una leyenda extraordinaria, dos magos enfrentados y una criatura que resurgirá para aplacar el mal causado. *Créditos de portada BekaCastle. Muchas gracias