six

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Dos semanas más tarde

Bella se sentó sobre la polla de su marido, hundiéndose en ella con un suave empujón. Suspiró, gozando al sentir cómo su virilidad la llenaba por completo.

-Bella-, dijo Shawn atontado por el sueño, era medianoche y la primera vez que tomaba la iniciativa en el sexo, -¿Que estás haciendo? Oh, cariño, si, me encanta-.

Ella sonrió con dulzura mientras montaba suavemente su miembro rígido, bajó las manos para acariciarle el pecho, y sus dedos se deslizaron sobre sus pezones mientras le hacía el amor.

Shawn respiró agitadamente y apretó los dientes con fuerza. -Oh nena,joder, adoro tu coño-

Y ella adoraba su polla, y también a él.

Esta revelación la había despertado en medio de un sueño apacible. Lo amaba, siempre lo había amado, no importaba lo que hubiese sucedido en el pasado, ya encontraría alguna manera de que las cosas saliesen bien

Durante las dos últimas semanas, Shawn había llegado a importarle más de lo que nunca se habría imaginado y si no se equivocaba en sus conjeturas, estaba casi segura de que ella también era una figura importante en su vida.

En claro contraste con los primeros días de su vida de casados, las dos últimas semanas habían sido maravillosas. Su marido le había revelado su lado apacible y amable, una faceta de sí mismo que al parecer sólo reservaba para ella.

Bella se fijó en cómo se relacionaba con los demás, era autocrático, dominante, reticente al compromiso, pero por alguna razón, con ella era diferente . Durante las últimas dos semanas no podría recordar una sola decisión personal que hubiese tomado sin consultarla primero con ella, desde lo que tomarían para desayunar, hasta en qué acciones pensaba ella que debía invertir su dinero. Valoraba su opinión.

Con otros sería gritón y un poco brusco, pero en todo lo que se refería a ella era apacible y le hablaba con delicadeza, no parecían interesarle los sentimientos de mucha gente, pero en cambio, los de Bella parecían importarle más que los propios.

A ella esto le encantaba, incluso lo necesitaba, la hacía sentirse especial, deseada. La hacía sentirse amada.

-Te he echado de menos-, susurró, lanzando sobre su hombro un tirabuzón de sus cabellos dorados, ella le sonrió mirando hacia abajo mientras continuaba cabalgando suavemente sobre su verga. -No quería esperar hasta mañana-.

La mirada de Shawn se cruzó con la suya. No sonrió, pero ella notó como sus ojos se suavizaban. -Nunca te disculpes-, murmuró y sus manos alcanzaron sus caderas, -Yo también te he echado de menos, cariño-.

Sus miradas continuaron entrelazadas mientras hacían el amor, él casi parecía vulnerable a ella, si algo así era posible en alguien como Shawn, quizás estaba siendo demasiado romántica, quizás lo que veía en esos turbios ojos azules no era otra cosa que fatiga y excitación, pero le gustaba pensar que había algo más.

-Bésame-, susurró ella. -Necesito estar más cerca de ti-

Una vez más percibió la ternura en sus ojos, -Ven aquí-, murmuró él, y con su mano fuerte le inclinó la cabeza para alcanzar su boca, sus lenguas se entrelazaron.

Se besaron durante mucho tiempo, sin prisas y también así hicieron el amor. Se demoraron explorando sus cuerpos y a ninguno de los dos les pareció necesario detenerse para dormir.

Bella levantó la cabeza, sonrió y luego deslizó los dedos entre su pelo oscuro. Continuó montándolo lentamente, y su sexo recorrió su verga, arriba y abajo, una y otra vez.

PECADOS PATERNOS; shawn mendesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora