01.

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Era como si de pronto todo su hubiera vuelto en una historia de suspenso, en la cual solo había cuatro posibles culpables y una sola víctima.

Suavidad, una inexplicable dulzura y miles de sensaciones con ella. Un beso que no había experimentado en lo que iba de mi vida. En los diecisiete años que llevaba respirando nunca había sentido algo así.

―Hasul.

Y es que fue en un instante, o al menos así me pareció a mí. Al menos solo eso pude notar. Al menos eso pude percibir.

―Señorita Choi.

¿Quién habría hecho tal calamidad? Aprovechando aquella situación que se presenta y robando besos a personas que duermen, ¿Quién es capaz de tal cosa?

―Choi Hasul, le estoy hablando.― El maestro de matemáticas chasqueo sus dedos frente a mí, fue entonces cuando deje de divagar y me centre en el mundo. Todos en el salón me miraban, algunos con sonrisas burlonas y otros con miradas irritadas. ― ¿Podría salir de mi clase?

Trague saliva y asentí. ¿Ese beso había sido tan influyente al punto de no dejarme pensar en otra cosa?

Tomé mis cosas y me paré de mi banca. Todos me miraban y yo parecía aún no estar centrada completamente en el mundo. Parpadee varias veces y empecé a caminar fuera del salón. Una vez afuera, solte un gran suspiro.

Empecé a caminar por los vacíos pasillos, con un solo rumbo; La biblioteca. Aún me confundía un poco el hecho de que había pasado el incidente, pero ¿Que más daba? era mi lugar favorito.

Antes de la biblioteca estaba el gimnasio, y la puerta del mismo estaba abierta. Asomé mi cabeza y vi a Lee Jeno practicando su tiro. Era gracioso de ver, ya que Jeno era mi amigo desde hace cuatro años y él aborrecía el deporte al principio, pero con el tiempo terminó amando el baloncesto.

―¡Hasul-ah! Hola.― Él se acercó trotando hacia donde me encontraba yo y me dio un pequeño abrazo. Fue demasiado corto en comparación de sus usuales abrazos. El chico sonreía, su sonrisa era la misma y característica. ― Lo siento, no quiero llenarte de sudor. ¿Cómo estás? ¿Por qué no estás en clase?

Le regalé una pequeña sonrisa y hable;

―Sucede que estaba distraída por un incidente que pasó el viernes pasado y me sacaron del salón. ―Él me miró con su entrecejo fruncido y después acomodo su cabello para color azabache hacia atrás.

―¿Qué sucedió?― Cuestionó. El chico no lo sabía, ya que a nadie le había dicho. Quería mantener las cosas tranquilas. Despues de todo también se trataba de Jeno, uno de mis cuatro sospechosos.

―Ese día me dormí en la biblioteca. Alguien aprovecho aquello y tomó un beso de mi.― Suspiré. Pude notar una pequeña mueca en la cara de Jeno.

―¿No tienes idea de quién fue?

―No, ni idea. Pero entre los sospechosos estas tú. ¿De casualidad no fuiste tú?

―Tal vez, tal vez no.― Sonrió nuevamente, pero ahora en sus facciones había una sonrisa divertida. No era divertido, en lo absoluto.

― Es enserio, Jeno.

― Es enserio, Hasul.

―¡Jeno! Practica tu tiro y deja de coquetear.― Donghyuck gritó en nuestra dirección a la distancia, ¿Eso era coquetear?

―¡Ya voy!― Jeno gritó de vuelta. Volteó nuevamente a verme y me regaló otra sonrisa.―Espero puedas encontrar al culpable, Hasul. No lo golpees tanto por robarte ese beso, seguro tenía sus intenciones.

Suspicious kiss»  00 LineWhere stories live. Discover now