JURO SOLEMNEMENTE AMARTE PARA TODA LA VIDA

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Holaaaaa :D y traigo mas IchiKara :D empiezo a amar a esta pareja XD

Los personajes no me perteneces, así como tampoco las citas de las películas utilizadas en la historia, todo es de su respectivo creador, yo solo hago esto con el fin de entretenerlos y sin lucro alguno :3

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I

Vacío

La casa entera se encontraba vacía.

Pero entonces ¿Por qué también sentía aquel vacío en su pecho?

Ichimatsu acarició despacio el suave pelaje de uno de los muchos gatos que ahora vivían con él. Habían pasado cerca de diez años desde que sus hermanos se fueron de casa para independizarse. Osomatsu, quien había jurado y perjurado no trabajar el resto de su vida, ahora era uno de los muchos asalariados que trabajaban en esas horribles y minúsculas oficinas del centro de Tokio, no se había casado y parecía vivir en un pequeño departamento cerca de su trabajo; Choromatsu había seguido su ridículo sueño de ser un manager de Idols, ahora parecía irle bien, tenía a Totoko y a esa tipa que se cree gato peleando por él, ademas de una enorme cantidad de dinero en su cuenta bancaria.

Jyushimatsu era maestro de educación física de una pequeña primaria no muy lejos de donde el de morado vivía, se había reencontrado con aquella chica, Homura, y el amor no tardo en renacer en ellos, Ichimatsu siempre pensó que mas bien el amor nunca había muerto en ellos, hace poco los fue a visitar, a ellos y al pequeño que habían tenido recientemente, el de morado estaba seguro que si sus padres aun siguieran con vida estarían llorando de felicidad por poder ser al fin abuelos. Todomatsu fue el único que perdió todo contacto con ellos, realmente no le sorprendía, el menor siempre pareció odiarlos de cierta manera, lo ultimo que supieron de él fue que se había ido a los Estados Unidos con un tal Atsushi, de ahí no volvieron a saber de lo que fue del menor.

Karamatsu, ah Karamatsu, se había convertido en una sensación de televisión, lo que siempre quiso, tenía la atención de miles de personas que lo adoraban y besaban el suelo por el que caminaba, no le faltaba nada y se veía, por primera vez que Ichimatsu lo recordara, genuinamente feliz. Y él, bueno, no es como si fuera bueno en algo pero podía presumir que al menos tenía para pagar las facturas. Ser escritor era un trabajo que le venía como guante, no tenía que hacer mucho, ni tener que trabajar en una oficina, simplemente tenía que tener su escrito en los días requeridos por la editorial y de ahí podría pasarse el resto de su vida si quisiera encerrado en su hogar, la casa de sus padres, sin necesidad de tener contacto alguno con el mundo exterior.

El problema era que últimamente tenía lo que comúnmente se conoce como bloqueo creativo. Era una mierda si se lo pensaba mejor, era tener esa sensación constante de que nada te sale de la cabeza, como si cada escenario, frase o momento tuviera la gracia de un elefante con tutú tratando de hacer malabares sobre una pelota. Si, así de ridículo; lo había intentado de todo, desde escuchar todos los géneros de música que conocía, dar largos paseos por el parque, visitar nuevos lugares o visitar viejos lugares, pero nada parecía dar resultado, su cerebro seguía sin querer cooperar y las fechas de entrega se veían cada vez mas peligrosamente próximas.

–¿Y a que crees que se deba?– preguntó Homura con esa voz tan dulce y suave que la caracterizaba mientras le daba de comer al pequeño Ryu, recordó que aquel día había ido a visitarlos, algo casual para poder ver si con ello las ideas podían volver a surgir de nuevo.

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