La Maldición de Alicia ©

PRÓLOGO

La maldad puede venir de distintas formas, presentarse de diversas maneras, todos en algún momento somos víctimas o agresores. El odio es el principal causante de la maldad en el universo, que contamina a las personas desde lo más insignificante hasta que se convierte en una bola demoledora que no te deja respirar, te lleva al deseo de la venganza, donde no logras reconocer sus límites y te sorprende todo lo que puedes llegar a hacer por satisfacer esa sensación.

Nicolás Robert es un inversionista poderoso y dueño del único Banco ubicado en el pequeño pueblo Villacoral de Gran Bretaña, un poco alejado de la civilización como tal y apoderada por la familia Robert, nada pasaba sin que él lo supiera, lo planeara y lo llevara a su ejecución. Todas las empresas y negocios giraban en torno a Nicolás por algún crédito solicitado o simple chantaje.

Quién no pagaba al día los intereses generados, él les cobraba de distintas formas sádicas y perturbadoras que no involucraba la ley; los amenazaba con matar a sus familiares o secuestrar a sus seres queridos. No era sólo eso, tenía negocios sucios con tráfico de drogas y prostitución. Su maldad era infinitamente destructiva y no le importaba acabar familias, arruinar vidas, porque aumentar y hacer sentir su poder era lo único que le interesaba.

Un día llegó una señora, que aparentaba más de 60 años de edad, a su institución bancaria con un gusto bastante cuestionable en su forma de vestir, pidió una cita con él y fue atendida inmediatamente porque estaba de buen humor, su esposa le había informado que estaba esperando un hijo suyo después de tantos años intentando.

Lo que Nicolás no sabía era que hasta ese día iba a tener el control de su vida, hasta ese día iba a vivir en la felicidad artificial que su mente había creado. La señora era una bruja que buscaba venganza de la muerte de su hija, quien él había raptado y prostituido por ser la más bella de la ciudad. La joven después de tanto sufrimiento decidió suicidarse y de esa manera la bruja la pudo encontrar. Muerta.

Ella sabía que nadie podía contra el poder de Nicolás, era dueño de todo el pueblo incluyendo a los policías que estaban comprados y a su merced. Pero por encima de todo, la señora tenía con ella el espiritismo y la magia negra, se enteró por medio de ellos que su esposa tendría un hijo y después de tantos años planeando su venganza, tenía la oportunidad perfecta de destruirlo desde dentro y la visita venía con la intención de maldecir la vida de esa criatura inocente.

Quitarle su única felicidad, maldecir lo único bueno que tendría en su vida era la mejor venganza para que sintiese lo que ella sintió, sufrimiento y oscuridad hasta que su muerte llegase. Ella entró a la oficina y lo miró con toda la rabia surcando en su interior, deseando asesinarlo pero eso sería una estupidez.

— Buen día, señora Starlin me informaron que desea solicitar un gran crédito para invertir en su próxima compañía. ¿De cuánto estamos hablando? — el señor Robert era un hombre hermoso con su cabello completamente ceniza casi blanco y ojos azul claro que fácilmente podían atraparte, los rasgos de su rostro eran perfectos y delicados, casi rozando a lo femenino y atrayente si no lo conocías bien, si no sabías lo podrido que estaba en su interior podía cautivarte fácilmente.

— Ya de eso lo hablé con sus encargados, deseaba hablar con usted para darle un regalo por su colaboración y ser un hombre tan dedicado en su labor. — la sonrisa se formó en su rostro y sus mejillas se habían sonrojado, le encantaba ser adulado por sus súbditos, su ego crecía y se sentía el dueño del mundo entero. A la mujer le estaba resultando bastante divertida la situación.

— No es necesario, gracias por sus palabras. — ella negó con la cabeza y su sonrisa diabólica se despertó, todas las luces empezaron a titilar y los ojos del licenciado pasaron de asombro a terror.

— Imagino que no me recuerdas y cuando raptaste a mi hija no te percataste de su madre, de lo poderosa y diabólica que podía ser. Es hasta divertido verte así de aterrorizado, indefenso, cuando hace segundos te sentías el dueño del mundo, y podría matarte sin siquiera tocarte pero no valdría la pena, por ello al saber que tendrás tu primer hijo quise hacerte un lindo regalo.

De la boca de Nicolas no salía ni una palabra, estaba completamente petrificado y su mente trabajaba a mil por segundo pensando en una manera de salir con vida de esto.

» Cuando nazca será hermosa, encantadora en todas sus facetas pero nadie podrá ver esa belleza, todo aquel que la vea la odiara con tanta intensidad como ella pueda amarlos. Mientras más los ame más la odiarán, querrán asesinarla y hacerles las peores cosas. Nunca su amor será correspondido hasta el día de su muerte.

— ¿Estás loca? No sabes con quién te estás metiendo — sacó un arma de su bolsillo pero no dispara, no lo hace porque sabe que todo lo que la bruja ha dicho es verdad ¿Cómo iba a saber de su hijo si nadie más que él, en ese momento, se había enterado? Ya hablaba del bebé como una niña y eso le estremecía el cuerpo entero.

— Si me matas, tu hija morirá en ese mismo instante. — su sonrisa era cínica y ella no dejaba de burlarse de su cara horrorizada. No había salvación para él o para su niña. No la había — Una última cosa, su madre morirá al momento de ella nacer, así que recomiendo aprendas a ser un buen padre, aunque sea eso hazlo bien.

De esa manera, se fue la mujer del lugar y Nicolás no tardó en asegurar su casa, volverla una cárcel para que nadie entrara ni saliera de ella por la seguridad de su hija. A pesar de lo podrido de su alma, él verdaderamente la amaba por sobre todas las cosas, sin embargo ya no podía hacer nada para salvarla, al menos para romper su maldición pero lo intentará de mil maneras.

¿Podrá el odio ser más intenso que un amor sincero? ¿Realmente la muerte es la única que rompe esa maldición?

_________________________

Te invito a leer mi humilde historia que nació de un sueño bastante extraño que tuve. Me gustó y quise compartirlo.