|Capitulo 12|

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Capítulo 12

—Eres novia de Owen.

Adela se sentó frente a mí en la cafetería. Me miró por unos largos segundos. Como si esperara una muy buena explicación para lo que ella había afirmado. Y casi fue cómica la cara que tenía, como hundió las cejas como si eso fuese la cosa más rara del mundo, y realmente, lo era. Owen y yo ni en un millón de años, ni siquiera éramos tan amigos, y ahora debíamos ser novios ante todo el instituto. Estuve a punto de decirle que no, que era mentira, que Owen y yo ni en sueños, cuando recordé que efectivamente eso éramos él y yo: novios. Y qué debíamos fingirlo bien frente a todos si queríamos cumplir nuestro objetivo.

Aunque con la cabeza un poco más fría dudaba un poco. Es decir, era raro. Cuando tuviésemos la atención de Jason y Adela, ¿le diríamos que estábamos fingiendo? ¿Omitiríamos la parte en la que nos enrollamos de verdad?

Alce la vista y me la encontré con los codos apoyados en la mesa. Tenía la cara llena de una curiosidad inusual. Su cabello estaba suelto, y me pareció raro el hecho de que no estuviese comiéndole la boca al novio. Había dicho muchas veces lo bonita que era, pero, era realmente difícil pasar eso desaparecido. Me fijé entonces en qué no llevaba labial, y eso era un poco raro tomando en cuenta la obsesión que tenía con ellos. Se veía bastante normal ese día.

—Sí, —asentí dándole un sorbo a mi jugo, trate de sonar lo más causal y emocionada posible, —me lo propuso en mi fiesta de cumpleaños.

Rogué al cielo que mi voz haya sonado con entusiasmo. Al parecer sí, porque Adela frunció ligeramente el ceño. Como si estuviera analizando mis palabras. Ella era muy observadora, e inteligente y por supuesto que necesitaría más que un simple: «Si, somos novios», para que ella se lo creyera. No sabía que había hecho Owen, pero dos días después de mi cumpleaños, todos sabían de nuestra supuesta relación. Algunas chicas me miraban de reojo y murmuraban cosas, otros chicos ni me miraban, y así era todo.

No había visto a Jason en esos dos días. Según lo que escuché de una de las profesoras no había asistido a clases y mentalmente me pregunté porque. El plan no iba a funcionar si él desaparecía de pronto. Cuando escuché la voz de Adela, volví a la realidad.

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