♦️Único♦️

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Hoy había sido un día bastante tranquilo y como cualquier día, ahora estaba sentado en la sala de mi casa junto a mi hermana y mi madre.
El televisor sintonizaba el noticiero nocturno, cuando algo llamó mi atención; estaban alertando a toda la ciudad, al parecer una chica había escapado del hospital psiquiátrico local.
Al parecer era uno de los pacientes más peligrosos, ya que, al momento de su escape había dejado una considerable cifra de enfermeros y guardias de seguridad con heridas bastante severas y alguno que otro muerto.

Yo conocía a esa chica, había escuchado de ella hace unas semanas en el noticiero. La estaban buscando, ya que, había asesinado a su familia, de una manera un tanto extraña a mi parecer, pues los habían encontrado decapitados, al parecer se había quedado con sus ojos, pues ninguno de los cadáveres los poseía y lo que más llamaba mi atención, un naipe rojo clavado en el pecho.
En toda la semana ocurrieron asesinatos, cada uno igual que el primero. Debido a esto es que le llamaron "El naipe rojo".

Después de terminar el noticiero y qué mi madre comentara algo sobre la "terrible tragedia" como ella la llamó, todos nos fuimos a dormir.
Me desperté en la madrugada ya que escuché ruidos extraños provenientes de la habitación de mi madre, preocupado por ella fui rápidamente hasta su habitación.
Mis ojos no podían creer lo que veían.

Mi madre estaba muerta.

Su cabeza se encontraba en el suelo y en lugar donde deberían estar sus ojos estaba vacío, su cuerpo se encontraba en la cama y en su pecho, se encontraba clavado un naipe rojo.
En ese momento supe que era ella.
Fue entonces cuando escuché a mi hermana gritar de una manera desgarradora y sabía que si no hacía algo, el siguiente sería yo; así que salí lo más rápido que pude del cuarto de mi madre y me dirigí hacia el piso de abajo para llamar por ayuda, pero, al llegar al inicio de las escaleras, allí estaba ella, observándome con esa mirada vacía y esa sonrisa que me causaba escalofríos.
En su mano izquierda tenía el cuerpo casi inerte de mi hermana, la cual, ahora carecía de ojos. Vi como su mano derecha se elevó revelando un cuchillo de gran tamaño, el cual pasó por el cuello de mi hermana.
Nunca desvío su vista de mi, parecía que lo disfrutaba, disfruta ver cómo el miedo me invadía.
Me había quedado paralizado, lo único que podía hacer era observar cómo ese líquido espeso brotaba a borbotones de la garganta de mi hermana y escurría por todo su cuerpo formando un gran charco en el suelo.
Entonces reaccioné, corrí a mi habitación y me encerré en el closet, era lo único que pude hacer, el miedo carcomía mi alma, un sudor frío recorría mi cuerpo y se centraba en mis manos y mi frente, mientras en mi mente suplicaba porque no me encontrara, aunque, en el fondo sabía que no sería así.
Mi respiración estaba muy agitada, tenía unas ganas inmensas de llorar y la desesperación me volvía loco, sabía que este sería mi fin, ella no tendría compasión conmigo.

Lo último que recuerdo es ver cómo la puerta del closet se abría, revelando esa mirada vacía, junto con su horrible y macabra sonrisa.

♦️El naipe rojo♦️

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