Detalles
A veces la vida da giros inesperados. A 4 años de mi primera caída, de mi peor caída, acá estoy. Más fuerte, con luchas, con más batallas, con más vida. A 2 años de encontrar a la persona que ahora es el amor de mi vida, digo ahora, porque siempre fui pésima con el amor.
''El Amor'' paso tanto tiempo ocupada en otros asuntos, trabajo, facultad, y otras responsabilidades, que hace mucho tiempo -verdaderamente mucho- que ni siquiera me sobró un pequeño espacio en el pensamiento como para meditar sobre este gran sentimiento. Tantos años en mi adolescencia pensé en esta palabra, me debatí sobre esta, la cuestione y a esta altura de la vida, extraño la sensación de quedarme con el llanto en la garganta por estar atrapada en esta red de ilusiones, subjetividades. Y es que uno crece, y tiene tantas responsabilidades y ambiciones, que sería estúpido o una pérdida de tiempo pensar en esto. ''Ya sé que me amas, por algo seguís a mi lado'' pienso por mi pareja, ¿Por qué cuestionar el amor? ¿Con que necesidad? Pero hoy, acostada en el sillón, ''viendo'' una serie se me cruzo este pensamiento por la mente. Porque, aunque se piense una pérdida de tiempo, es necesario, para disfrutarlo, para sentirlo, para no ser una persona vacía.
No solo se me olvido o no me quedo tiempo para pensar en el amor, tampoco me quedo tiempo para ser quien soy, para desarrollar mi creatividad o mejorar mis cualidades. Todo esto se va perdiendo, te vas olvidando de vivir, de sentir, solo sobrevivís en un mundo lleno de muertos vivos, creyendo que no te convertirás en uno por que piensas que tus planes de vida son mejores, pero lo que no te das cuenta, es que ya estás en esa rueda gigante de hámster siendo uno más de ellos. Lo pierdes todo: todo tu ''Ser'', para convertirte en una maquina trabajando para alguien más. Todos estos pequeños detalles de la vida, estas ''subjetividades'' que son olvidadas, dejadas, abandonadas, son los que nos hacen un poco más felices, y las que nos son arrebatadas por la monotonía, y por eso llamo a la sociedad y me llamo a mí un ''muerto vivo'' mas, porque por más que no quiera perder todo aquello que hay que valorar más, ya no lo tengo, el tiempo no regresa. Solo queda abrir los ojos ante los demás detalles que te pueden deleitar, un mensaje de texto en este mundo posmoderno diciendo ''Vamos a tomar un café'' es un gesto a valorar. Disfrutar los pequeños momentos, vivirlos.