Anillos Del Tonalli: Vida Y Muerte(Finalizado).

5.- Decisiones.

Me levanté de la silla dándome cuenta de que me faltaban unos centímetros de altura, por lo que bajé la mirada para descubrir que traía otra ropa, la de la niña. Por lo que llegué a la conclusión de que me había transformado en ella y me asusté demasiado. Puse mis manos sobre mi cara con frustración sintiendo el anillo en mis manos, así que lo lancé al suelo y deseé que no hubiera sucedido eso, ya que solo significaba el aumento de mis problemas. En ese momento salí de su cuerpo y ella cayó al suelo desmayada.

Me quedé unos segundos en shock, había conseguido arreglar eso pero ahora venían muchas más preguntas.

—¿Qué acaba de suceder?.

Llevé mi mano derecha hacia mi cabeza para frotar mi frente y nuevamente lo ví. El anillo estaba otra vez en mi dedo. Fue en ese momento que entendí que había muchas cosas que no sabía de esa joya.

Por el momento debía preocuparme de otra situación, la chica continuaba en el suelo sin reaccionar. La tomé de los brazos y la llevé hasta el sillón donde estuve un unos veinte minutos dándole aire hasta que reaccionó.

—¿Qué pasó?, Me duele la cabeza.

—Lo sé, te caiste y te golpeaste un poco fuerte.

—¿Cómo fue que pasó?, Lo último que recuerdo es que me puse el anillo.

—Lo sé, parece que si te lo pones...

—Cállate—interrumpió con rudeza—, no quiero que salgas con tu tontería otra vez. Dámelo, te probaré que no pasa nada.

—No te lo recomiendo, está vez pude regresar las cosas a como antes, pero no sé que pueda pasar con una segunda vez.

—No lo sabrás hasta que lo intentes—insistió

Terminé accediendo, pero en esta ocasión, no sucedió nada.

—¿Lo ves, hermanita?, solo son disparates tuyos y si, te dije "hermanita", eso es lo que eres.

—Es una lastima. Me habría gustado que pudieses entenderlo, incluso para mí fue difícil aceptarlo, pero ya que no me crees, quiero el anillo de vuelta.

—No. Tú dijiste que podía conservar y aunque trates de hacer más gruesa tu voz, no te lo voy a dar.

—Entrégame el anillo—ordené con el deseo de tenerlo para poder seguir investigando sus poderes.

Justo ahí, el anillo se desvaneció de su dedo para formarse nuevamente en el mío. Ambos vimos la situación con sorpresa y ella quedó en shock.

—Tú... ¿Realmente eres otra persona?.

—Es lo que he estado tratando de decirte.

—¡Atrás!, ¿Qué hiciste con mi hermana?, Ella era odiosa, pero era mi hermana.

—Yo no le hice nada realmente. Nunca quise que esto sucediera.

—¿Quién eres?.

—Te lo diré pero cálmate por favor.

—¿Cuánto tiempo has estado así?, ¿Me espías mientras duermo?.

—¡Que no!, Solo llevo un día así y creeme que ya he tenido suficiente.

—¿Entonces por qué no dejas el cuerpo de mi hermana?.

—Porque no puedo, no se como sucedió.

—¿Eres un fantasma o algo así?.

—No, soy una persona como tú, pero me encontré el anillo y todo cambió.

—Esta bien, te escucho.