Narra Ana:
Llegó nuevamente al bar y siguen ahí, porque veo su carro estacionado en el mismo sitio. No pasa mucho tiempo cuando los veo salir.
Arrancan y los sigo no muy de cerca, necesito estar muy convencida de que todo es cierto, quiero que mi decepción sea total, como si no bastará con lo que ya he visto.
Después de un rato los veo estacionar en un complejo de apartamentos y bajan juntos.
No necesito nada más, enciendo el motor de mi carrito y me voy a casa sin botar una sola lágrima más, siento mucha rabia por haber bajado la guardia de la forma que lo hice.
Entro a la ducha y paso bastante tiempo allí, tratando de hacer menos pesado mi dolor, pero es inútil siento que mi corazón se parte, la rabia me domina y me hace llorar a cántaros.
Al salir del baño hay un mensaje de Caro preocupada, el cual respondo inmediatamente, lo otro me deja asombrada de tanto cinismo, una llamada de Edward.
Es increíble que quiera continuar todo esto, ¿hasta dónde quiere llegar con su venganza? ¿Por qué conmigo?
Despierto en medio de golpes a mi puerta, me doy cuenta que me he dormido desnuda, ahora que recuerdo al salir del baño me quedé dormida con mi teléfono en la mano.
Reviso la hora y son pasadas las tres de la mañana ¿quien puede estar llamando de esa forma tan desesperada?
Reviso la mirilla de la puerta y casi caigo al piso al ver a Edward recostado sobre el marco de la puerta, siento ganas de abrir la puerta y golpearlo, pero ¿que hace aquí después de una noche de sexo desenfrenado con la bruja esa?
Cuento hasta diez para calmarme, al darme cuenta ya voy por treinta y tres, me siento y vuelvo a escuchar sus nudillos contra mi puerta, siento una mezcla entre rabia y miedo, no se explicarlo.
Abro la nevera y sacó un tarro de helado de vainilla y comienzo a comerlo descontroladamente, no escucho más que llame y vuelvo a mirar.
No se ha ido, aunque no lo vea se que está ahí. Algo me impulsa a querer poner el sofá contra la puerta, pero no lo hago.
Lo escucho suspirar y se que está sentado contra mi puerta. Comienzo a llorar nuevamente, quisiera llamar a mamá cómo cuando era niña y algo me asustaba en mi habitación ¿donde queda mi madurez?
Es mejor superarlo sola, ya lo viví una vez y se que no moriré. Solo debo ser fuerte y no dejarme engañar por este demonio que solo quiere acabar conmigo.
Entro a mi habitación y paso el pestillo, me acurrucó contra las almohadas y no sé si rezar o que hacer para que amanezca rápido.
Siento que el tiempo pasa muy lento, varias veces salgo y reviso la mirilla, se que sigue ahí. He comido el tarro de helado completo.
Mi teléfono comienza a timbrar y se que es el, lo silencio y comienzo a morder mis uñas. Me llama cinco veces a las cuales hago caso omiso.
El sueño me domina y comienzo a cerrar mis ojos cerca de las seis de la mañana.
Al despertar hay mucha luz, se que ya es tarde, fuera el sol está fuerte y su luz traspasa mis cortinas. Me desperezo y reviso mi teléfono, son casi las once y tengo varias llamadas de Caro, Edward y mamá.
Le marco primero a Caro, tengo varios mensajes desesperados.
- ¿Amor cómo estás, dónde estás? - su voz suena desesperada.
- ¡shhhh! - la hago callar de buena manera, - descuida estoy bien, solo me quedé dormida y hasta ahora he despertado.
- Vine a la constructora, - se queda pensando lo que dirá, - voy a renunciar.
- No lo hagas por mí.. - no termino cuando ya está hablando.
- No pienso seguir acá, que se vaya a la mierda Edward y su constructora.
- Anoche vino acá. - la escucho maldecir entre dientes y la callo -Estuvo tocando mi puerta pasadas las tres de la mañana, no se que quería.
- Santo cielo ¿no le abriste? - me hace reír su pregunta y los músculos de la cara los siento tensos.
- Duro bastante tiempo, pero no le abri, - la escucho soltar el aire contenido.
- Es lo mejor amor, - hace silencio, se que está buscando las palabras para hablarme, - estoy esperando que llegue para renunciar.
- No lo hagas por mí, se que necesitas el trabajo.. - no me deja terminar.
- Ni que este en la calle hará que trabaje más aca, - la siento alterada, - acaba de llegar, te llamo luego.
No puedo con esto, no pienso regresar nunca más a ese lugar, quisiera desaparecer y aparecer en otra época.
Narra Edward:
- ...acaba de llegar, te llamo luego, - es Carolina hablando por teléfono, - lo estaba esperando para entregarle esto, - me entrega un sobre y no entiendo nada.
- ¿Que es esto? - no sé si está mujer es así o está molesta conmigo.
- Es mi renuncia, - la termino de sacar del sobre y no salgo de mi asombro, - muchas gracias por todo, pero no voy a seguir acá.
- Pe.. Pero ¿por qué te vas? ¿Y Ana? - se levanta para irse y en mi desesperación la tomo por el brazo.
- ¡¡Suelteme!! - me mira directamente a los ojos y puedo ver mucha rabia en ellos.
- Lo siento, no quise hacerte daño, - veo mis dedos marcados en su brazo, - Discúlpa si te hice sentir mal.
- Descuida, - me mira con... Lástima, si es ¡¡¡Lástima!!! - me voy, necesito personas que tengan alma, - lo dice casi para ella, pero la escucho claramente.
Me quedo allí petrificado ¿por qué me dijo eso? Necesito ver a Ana, aclarar todo.
¿Pero que me pasa con esa mujer? Necesito entender que me pasa con ella.
Estoy tan metido en mis pensamientos que no escucho llegar a Scott.
- ¡¡¡Que mal te veo primo!!! - no estoy para chistes y menos los de Scott, lo ignoro - pensé que tendrías cara de hombre satisfecho después de la noche con Ángela y no cara de arrepentido. - recuerdo lo de anoche y me pongo peor, - necesito que me expliques ¿Por que perdimos al bombón de Carolina?
- Solo decidió irse y no la puedo obligar, - continuo en la computadora, pero no puedo concentrarme, necesito ver a Ana.
Me levanto para irme, ya no aguanto más.
- Eddy nos quedamos sin personal y necesitamos resolver, - me detengo a pensar e interrogar a Scott con la mirada, - hay trabajo atrasado y muchos reclamos.
ESTÁS LEYENDO
Enamorada Del Peligro
DiversosAna es una chica de su casa, estudiosa y de nobles sentimientos, se enamora de Edward todo lo contrario a lo que ella es, comenzarán una relación llena de mucho amor, pero con muchos impedimentos, empezando por su familia y un pasado muy pesado en l...