Capítulo 10: ¿Por qué me haces esto Park Jimin?

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Es él, por Dios es él.  ¿Por qué está haciendo esto? Acaso va a matarme.. ¡No! No puedo dejar que eso pase.

— ¿Q-que haces aqui? — pregunto tímidamente. 
— Tranquilo — sonríe — no quiero matarte, sólo creí conveniente que me presentará ante ti.
— ¿Por qué? — pregunto con temor.
— Por que vi como me defendiste hoy — responde ladeando su cabeza — cuando vi que pedías por favor que no hicieran nada contra mi, tomé la decisión de mostrarte mis rostro.
— ¿No vas a matarme después de esto? — pregunto mientras oigo el latido acelerado de mi corazón.
— No — responde y mueve la cabeza en un "No" — fue mi decisión, cumpliste las reglas, ¿Quieres un helado?
— ¿U-un helado? — confuso — Pues, creo que si... Me hace falta distraerme un poco, supongo.
— ¿Menta granizada y chocolate suizo? — pregunta con una gran sonrisa.
— ¿Cómo sabes? — pregunto y luego sonrió — Claro, menta granizada y chocolate suizo.
— Es tu favorito niño — se pone de pie — vamos, hay una heladería por aquí cerca.

Me pongo de pie y lo sigo, él camina lentamente sin ninguna preocupación; en el mundo hay oficiales de policía buscándolo por sus crímenes y él, él vive una realidad feliz. Sonrio un poco al verlo caminar, quizás después de todo no sea tan malo como parece, apenas lo conozco o bueno al menos recién veo su rostro y empiezo a creer que esa pizca de locura en él me atrae, mi corazón da pequeños saltos cuando sonríe, por Dios Park lo acabas de ver hace cinco minutos maldita sea.. Pero sinceramente es tan perfecto.

— ¡Oye! — dice deteniendo sus pasos — deja de pensar en las mariposas y lo lindo que soy y apurate.
— Lo siento — digo y corro un poco para alcanzarlo — No eres lindo.
— Si, como no. — sonríe nuevamente, ay por Dios es tan perfecto cuando sonríe ¡Park Jimin concentrate!
— Vamos — digo mientras tomo la delantera — Rápido que hace frío..
— Ay por Dios, eres muy friolento — dice bufando — Rápido no te vallas a caer.
— No soy un nene — me detengo — se cuidarme solo.
— Si, como no — rie —niño lindo y tonto.— Hago pucheros al oírlo, él se para frente a mi sonriendo, — Creo que estas molesto.
— Claro que no — hago rodar mis ojos — odio que me traten como idiota, eso es todo.

Él me ve sin dejar de sonreír, ¿le parece tan divertido hacerme enojar? Se acerca a mi lentamente, cada vez más cerca.
Siento sus manos tibias sobre mi mejilla izquierda; cierro un poco mis ojos disfrutando su calidez, los truenos se oyen haciendo que abra los ojos de inmediato y dirija mi mirada al cielo.
Vuelvo a verlo y hago muecas al sentir el agua fría caer en mi rostro, él, sigue viéndome sin hacer ninguna preocupación. No tarda mucho y siento mi cuerpo mojado, está lloviendo bastante fuerte, intento moverme para resguardarme bajo algo pero él me detiene tomando mi brazo; me tira hacía él pegando nuestros cuerpos, siento su respiración muy cerca de mi. Mis labios tiemblan, cierro mis ojos esperando que sus labios se unan con los míos lo anhelo desesperadamente.

— Mirate — rie — Te entregas tan fácilmente a mi.
— No es cierto — susurro — tu tienes la culpa.

Rodea mi cintura con sus brazos provocando una especie de electricidad en mi cuerpo, ay ya parezco niña en su primer beso.. Es imposible resistirse a él,  con una mano coloca las mías en su cuello, la escena perfecta, el lugar perfecto. Finalmente siento sus labios sobre los míos, se mueven lentamente mojando un poco los míos con su saliva.
Nada existe, todo desaparece por ese instante.

— Esto es una estupidez — dice mientras  termina el beso — ¿Por qué me haces esto Park Jimin?



Cartas De Un Asesino ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora