Luego de todo el show de Aaron con Peter en los vestidores.
¿Quién podría imaginarse que unos de los típicos guapos y populares de la Universidad, se acostaría con la profesora de anatomía.
Si el fuera menor, sería un problema para la profesora.
Pero no lo es, entonces aquí se convierte en un problema para él.Todo el campus se encontraba de aquí para allá ya que para el mes entrante, se había planeado un viaje a Denver, Colorado.
Nathan pensaba que si iba, todos querrían hacer equipo con él para el trabajo final.Por otro lado Alec y Aarón solo van por las fiestas, cómo no.
Mac odia a este tipo de viajes,los profesores dejan a los alumnos hacer lo que quieran, que es igual a fiesta, más fiesta, alcohol y drogas. Y ella claramente no estaba hecha para eso. Estaba hecha para detestarlo, era lo que pensaba.
Y Jenna, pues, ella nunca va a estos viajes.
Alec corrió en dirección de Jenna, tomandola del brazo y haciéndola que volteara hacía el quedando a sólo escasos metros de él.
Sus respiraciones chocaron.
—Alec ¿Pero qué carajos quieres? —preguntó Jenna, irritada por la actitud de su amigo.
—Es que te he visto discutir con Mac en el corredor ¿Está todo bien? —dijo Alec con un tono de preocupación.
—Eh...que sí, no te preocupes, pero debo hacer lo siguiente...
Jenna buscó algo en su bolso.
Sí.
Era toda su parte de la mercancía.
La estúpida pero efectiva salvación que todos tenían.
Y la arrojó a la basura.
—¿Pero qué demonios has hecho? ¿Qué te has vuelto loca o qué?- gritó él.
—Hacerme bien, eso es lo que he hecho. No pienso terminar como ustedes, muerta por una jodida sobredosis —espetó.
Alec sacó un arma apuntando justo en la frente de Jenna y parecía que todo se paralizó en ese instante.
Menos Jenna.
La que actuaba, cuando el mundo se congelaba.
Dio unos pasos adelante hasta que la punta de arma tocara su cien.
—¡Anda! Que jales el puto gatillo.
Prefiero morir así que por culpa de las drogas —dijo Jenna con toda su seguridad, tan característica de ella.Alec, muy asustado, bajó el arma y de golpe besó a Jenna.
¿Se había vuelto loco?
Pues sí, tal vez.
Pero lo que más loco lo traía era ella.Comenzó a mover sus labios lentamente sobre los labios de la chica.
Jenna no respondió al beso, y no pudo hacer nada ya que estaba atónita.
El miedo, la confusión, y la culpa se fusionaron.
Y la mezcla de esas tres cosas puede hacer que hasta el más valiente pueda paralizarse. Incluyendo a Jenna.
Poco a poco Alec se alejo de la chica, algo decepcionado ya que no había respondido a dicha acción.
—Em...Lo siento, yo no debí... —dijo el galán.
Su amiga volvió a la realidad.
Comenzó a correr.
Ellos se conocen desde niños, no pueden, simplemente no.
O tal vez Alec si que podía, pero Jenna no. Sus piernas se movían por todo el campus, corriendo a gran velocidad pero aunque en su mente estuviera pensando en miles de cosas a la vez, ninguna tenía puto sentido. Odiaba pensar tanto, joder.
Por otra parte estaban Mac y Nathan, camino a saludar a la mamá de Raissa, su vieja amiga.
Ese caso había quedado inconcluso, nunca descubrieron al asesino y decidieron abandonarlo al fin, pero se sigue pidiendo justicia por la joven asesinada.
Un tanto cabizbajo, Nathan sujetó con algo de fuerza la mano de Mac haciendola detenerse, ella estaba sorprendida ante ya mencionada acción.
—Eh, ¿Qué sucede Nath?- dijo sin soltar la mano de su amigo.
—Desde hace tiempo quiero hacer esto, Mac...
Lo próximo que sucedió fue Nathan lanzándose hacía su pequeña amiga para besar sus labios, uniéndose en un beso cálido.
Mac respondió a este suceso, la respiración de Nathan era temblorosa por los nervios.
—Lo siento Mac, yo no quise... o bueno, sí —dijo algo inseguro el chico, soltando una pequeña risa, Mac también logró reirse un poco con el comentario.
—No tienes por qué pedirme disculpas...Eh, que deberíamos apurar porque la señora Michigan nos espera —respondió muy sonriente.
La sonrisa de su rostro era algo indescriptible, había mucha felicidad como si todo lo malo ya hubiera pasado, no le interesaba el mundo en ese momento, sólo eran ellos.
Pero pronto, su sonrisa se transformó en asombro.
Estaban justo en frente la casa de la familia Michigan, la policía rodeaba todo el perímetro, fue en ese momento donde se dieron cuenta que luego de 4 años el caso de Raissa Michigan se había vuelto a abrir, todo era muy desconcertante para los dos chicos, parados frente a la escena, sin poder hacer otra cosa que mirar.
Y ahora si que nadie se daría por vencido, hasta que sepa la verdad de absolutamente todo.
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W I L D ; Nadie es Inocente
Mystery / ThrillerEn ciertas ocasiones creemos que podemos ser valientes y soportar cualquier tipo de golpe. Pero en realidad pregúntenle a Mac, Alec, Nathan, Jenna y Aaron. Quienes se verán atormentados por los fantasmas del pasado, que los lleva al borde de la adi...