Oscuridad. Dolor. Sufrimiento. Muerte.
La época en donde el miedo se apoderaba de la gente estaba en su pleno apogeo. No sabían en quien confiar, a quien acudir por ayuda, no sabían si la persona que estuvo a tu lado por muchos años podría traicionarte.
Sirius lo sabía.
Siruis estaba consciente de que sus pasos podrían decidir un futuro lleno de luz o de oscuridad. Estaba completamente seguro de que si era el guardián del secreto de los Potter, Voldemort iba ir a por él. Aunque eso era lo que menos le importaba, Sirius podía morir con orgullo mientras la persona a la que considera como hermano siguiera viva. Pero ¿Cuántas posibilidades hay? ¿Cuánta fe tendría que tener para estar seguro de que Voldemort no iba a poder sacarle el secreto de una forma u otra? Era un ser extremadamente poderoso, usaba hechizos que la mayoría de ellos nunca habían conjurado. ¿Y si tenia un as bajo la manga y le sacaba el secreto con facilidad?
El animago mordió con demasiada violencia su labio inferior, pensando. Confiaba mil veces mas en Lunático que en Colagusano, pero nadie iba a pensar que una persona menuda y débil podría guardar algo muy importante. Sacudió su cabeza, Colagusano también era su amigo, no podía estar hablando así de él. Pensó en Remus. Pensó en Remus y en el miedo que le invadía cuando sabia que estaba ahí afuera, haciendo misiones para la Orden del Fénix sin parar, misiones que ponían en riesgo su vida todos los días.
¿Cuando se había dado cuenta de lo mucho que le gustaba ese chico? Se rió sin animo cuando recordó todos sus años en Hogwarts, cuando recordó las miles de aventuras con sus tres amigos, cuando hicieron el mapa, cuando se dieron cuenta de que Remus era un hombre lobo, cuando este mismo se puso a llorar desconsolado pensando que iban a dejarlo de lado, cuando se paseaba por todos los pasillos con chicas distintas cada día.
Cuando en cuarto año, vio a Remus con un chico hablando, demasiado pegados. Por primera vez, el mujeriego Black, pudo sentir celos. Eran demasiado jóvenes, pero supo que se había enamorado perdidamente.
Eran demasiado jóvenes. James y Lily se habían casado poco después de terminar sus años escolares. Sabían que no tenían tiempo, sabían que en cualquier momento un mortifago podría matarlos, sabían que tenían que vivir todo lo que pudieran antes de que sea demasiado tarde. Afortunadamente habían podido sobrellevar esos tres años de casados luchando y escondiéndose de Voldemort.
Pero llego la profecía. Aquella profecía que aseguraba que Harry, el primer hijo de su mejor amigo, era el único capaz de matar al Innombrable. Su ahijado. Aquel bebe de tan solo un año.
Recuerda la cara llena de sorpresa de James, la cara de miedo de Lily, el sufrimiento de James después de asimilar las palabras de Dumbledore, la incertidumbre, el pánico y la ansiedad de ambos. No pudo consolarlo ese día, no pudo decirle que lo iba a apoyar en todo, no pudo decirle todo lo que le agradecía cuando lo ayudo en sus años escolares, no pudo decirle cuanto lo quería, no pudo decirle que no se atreviera a morir.
-¿Sirius? - Una cálida voz lo despertó de su ensoñación. - ¿Estas bien?
No entendió aquella pregunta hasta que pudo verse en un espejo cerca de donde estaba Remus. Su cara era una triste mueca de dolor y supo que no podía aguantar un minuto más con esa mascara.
-Tengo miedo... - El leve murmullo que salio de los labios de Siruis hizo que el licantropo lo mirara sorprendido. En esos años llenos de guerra en ningún momento Sirius había demostrado tales sentimientos. Siempre estaba sonriendo, levantando el animo y diciendo que cuando todo terminara iban a poder estar todos juntos como en sus años escolares. Siempre con la esperanza de que todo terminara rápido.
-¿A que Padfoot? ¿Que paso? - Se acerco lentamente hacia Sirius, quien cayo al piso como si sus piernas no pudieran soportar el peso de su propio cuerpo.
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Pain and sadness
FanfictionPensamientos de Siruis antes y después de la muerte de los Potter. ------ Mension de Wolfstar y Jily. Créditos al creador de la imagen.