Prólogo

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-Corre Jimin, no dejes de correr ¡corre!- En su cabeza solo estaba el pensamiento de proteger a este niño indefenso, Park Jimin.

-Hyung, no puedo más, creo que ya no aguanto- Jimin estaba muy cansado después de correr tanto, sus piecitos dolían y su corazón latía de manera desenfrenada.

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Ambos pararon al darse cuenta que ya no eran perseguidos por aquella horrible mujer, sus cuerpos descansaban ahora en unas bancas que se encontraron dentro de ese callejón donde decidieron esconderse por precaución a que la mujer los siguiera buscando y los hallase.

-Jiminnie, dime donde vives para poderte acompañar, no quiero que andes solo por ahí a esta hora, además como tu Hyung debo asegurarme que llegues sano y salvo con tus padres.

Yoongi, que apenas tenía 8 años, era bastante responsable y maduro, a diferencia de Jimin, que con 6 años su inocencia seguía intacta

Después de caminar por varios largos minutos, por fin llegaron a la casa de Jimin. Era muy linda por fuera y con un jardín bien arreglado.

-Bueno Jiminnie, ya estás en casa, sano y salvo.

-Hyung, no te vayas, quédate conmigo y mi familia. No me dejes solo.- dijo con un puchero en sus labios

-Vamos, yo también tengo que ir con mi familia Jimin.

- ¿Volverás? – Dijo Jimin con un tono nostálgico, él en serio no quería que su Hyung se marchara.

Yoongi tomo la manito de Jimin y engancho sus meñiques, lo miro a eso pequeños ojitos que lo hacían ver el doble de tierno. Le dedico una sonrisa y dijo:


-Volveré Park Jimin, lo prometo.





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- Denos mucho amor por favorrrrrr, somos nuevas. Disfruten la historia.


Y no lo olviden, VIVA EL YOONMIN.


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Se conocieron por casualidad, se reencontraron por destinoWhere stories live. Discover now