Namjoon se había vuelto un niño grande. Su madre por fin le había dejado tomar el camión solo, se sentía increíble poder estar en la parada de autobús a las 7:10 exactamente para tomar el transporte, subir y dar sus monedas para después tomar asiento y disfrutar del viaje.
Cuándo el nuevo ciclo escolar comenzó y la secundaría fue su nuevo proyecto el camino a la institución era más largo, debía despertar más temprano pues el viaje era más extenso, aun parecía seguir siendo divertido y lo fue aún más cuando un bonito castaño coincidía con él al tomar el camión.
Namjoon estaba ahora a las 6:45 en la parada y cuando subía el lindo castaño ya estaba en el camión, con sus audífonos puestos y una mirada adormilada, Namjoon miraba discretamente al asiento vació a un lado del castaño y este le sonreía haciéndole espacio para que se sentase, era tan cómodo y tranquilo. A la hora de regresar a casa Namjoon y el castaño coincidían solo los martes y viernes en el camión, pero siempre sentándose juntos, era como una costumbre secreta, cuando el camión llegaba a la parada de Namjoon este miraba al castaño y le sonreía dulcemente susurrándole un "Adiós Hyung", pues lo único que sabía del castaño es que era un lindo estudiante de preparatoria, este le sonreía nuevamente y contestaba a su saludo con un movimiento de mano.
Así paso un año entero hasta que repentinamente el castaño desapareció por una semana, durante ese tiempo sus clases acerca de su presentación fueron frecuentes "alfas, betas, omegas" esas palabras rondaban su cabeza volviéndole loco. Cuando el tiempo pasó y una nueva semana comenzó la molestia de Namjoon parecía extenderse como una aura tenebrosa, cuando el camión paro para que subiera dudo en hacer puesto que no quería subir y no ver al castaño pero aun así lo hizo, subió llevándose una sorpresa ¡el lindo castaño estaba ahí! El mal humor repentinamente se fue dando paso a un alboroto de dudas, "¿Qué le paso?, ¿Se enfermó?, ¿Dónde estuvo todo este tiempo?" Cuando tomo asiento a un lado del castaño este le sonrió con más dulzura, sus mejillas estaban más rosadas, su piel más suave, sus hojas más brillantes, sus labios más rozados y su pelo más ondulado, tanta belleza que Namjoon creía estar frente a un angel. Namjoon sentía tanto la necesidad de hablar y preguntar acerca de su ausencia, sentía tanta vergüenza, él no quería ser molesto, solo estaba preocupado. Mientras Namjoon pensaba todo esto su intensa mirada no se apartaba del castaño por lo que este tuve que mirarle de vuelta sonrojando a Namjoon
- ¿Estuviste preocupado por mi cachorro? - dijo con dulce voz el castaño. Namjoon dio una mirada confusa y un sonrojo se hizo presente en todo su rostro, ¿acaso el castaño leía mentes? – Lo siento, tal vez me creo muy importante y ni siquiera me recuerdas- pronunció el castaño para después reírse. Pero Namjoon ahora estaba avergonzado, ¿Cómo podría olvidar una cara tan bonita, una persona muy amable?, claro que no lo haría.
