Sedas de las más fina calidad envolvían su cuerpo endurecido por las batallas, furioso salió de las sala del trono tras escuchar las estúpidas quejas que los nobles tenían acerca de la economía del imperio, argumentos tontos acerca de la poca confianza que un campesino creaba en ellos, sabiendo que él, el emperador del gran imperio Ilsan era proveniente de las entrañas del pueblo, con su madre siendo una humilde campesina que fue forzada a ser parte del harem del antiguo emperador Lee. Cansado de tantas reuniones se dirigió a sus aposentos, encontrándose con la dulce imagen del dueño de su corazón profundamente dormido en medio de las suaves frazadas de su lecho. Con cuidado cerro la puerta de la habitación y se despojo de sus vestimentas, dejando solo una ligera capa sobre el y continuamente caminando directamente hacia su esposo, el cual a pesar del esfuerzo del otro por no hacer ruido, despertó.
-Hola cariño-. Murmura suavemente el recién despierto contemplando con ojos amorosos al hombre que intentaba colarse en sus brazos.
-No quise despertarte-. Responde el moreno consiguiendo su objetivo de estar entre los brazo de su esposo.
-Eso no importa, ¿sucedió algo en esa reunión?- Acaricia con suavidad las hebras plateadas del cabello que poseía su esposo.
-¿Qué no sucedió Jinnie? Estoy cansado de esto, esa mujer volvió a hacer de las suyas-. Aprieta el cuerpo delgado del menor contra el suyo. -Esa mujer sigue ofendida por lo que pasó con el difunto emperador Lee, amor, no le tomes importancia-. Sonríe lindamente dándole ánimos a su pareja.
Namjoon se limito a suspirar y acariciar las delicadas curvas del cuerpo de su amado, hace tan poco estuvo a punto de perderlo por la envidia de muchas mujeres que querían ser mas dueñas de su cama, pero por fortuna no lo lograron. -Yo no perdonaré nunca a la hija de esa mujer, mira lo que te hizo, los mejores curanderos no pudieron hacer nada al respecto y fue el tiempo lo que te recompuso-. Dice frustradamente, recordando como encontró a su amado Jinnie inconsciente en medio del jardín tras haber sido atacado por alguien contratado por la ahora duquesa Lee. -Lo bueno es que ahora estoy bien, y te aseguro que estaré aquí durante varios años más para fastidiarte Nammie~-. -No digas eso, tu no me fastidias, te amos y no permitiré que me dejes... Si tu sigues el camino de la muerte, yo te seguiré a ti sin importarme las consecuencias que eso pueda traer-. El menor apego sus labios a los del moreno para hacerle callar. -Tú eres el que dice estupideces, no te perdonaré si dejas de vivir por mi culpa-. -Tu eres mi vida-. Afirma rápidamente Namjoon acariciando el fino rostro de Seokjin. -Y tú la mía, así que no te atrevas a hacer algo que te lastimé Nammie-.
