Subo al auto junto a Tomm quién jamás se había bajado, el me mira de reojo y vuelve la vista al frente, pongo la llave en contacto sintiendo el motor en funcionamiento y avanzó detrás de Justin.
Luego de unos minutos a baja velocidad estaciono junto a los otros autos. Me impresionó al ver la magnitud del barco mercante, es enorme lleno de bodegas metálicas.
Bajamos del auto y caminamos con las armas en mano detrás del señor Mercia y del proveedor Puenteroca.
-¿Que hacemos aquí?- Le susurro a Justin sobre el hombro -¿De que diablos hablaron tanto?.
-El señor Mercia lo convenció de que trabaje sólo para el, es el plan de Mercia, sólo así podrá adueñarse de todo el negocio y ser el único líder. Puenteroca accedió y ahora nos mostrará la mercancía para comprarla y cerrar el trato.
-Diablos.
-Lo se, cada vez todo se complica un poco más.
Levantó la vista al momento que nos encaminamos sobre un enorme puente que conecta del puerto al enorme barco.
Veo enormes bodegas y hombres comunes y corrientes trabajando en ellas, pero puedo sentirlo, no son civiles cualquiera, al mirarlos con detenimiento puedo notar a que algunos estas muy bien armados.
<<Dios, esto cada se comienza a volver más complicado, nisiquiera puedo imaginarme entrando en este lugar como enemigo>>
Veo como descargan las bodegas y nadie podría imaginarse lo que en verdad hay detrás de la cortina. Llegamos a un ala aislada donde veo a soldados de Puenterroca con sus rifiles en manos, ya ni ocultan sus armas, todos nos miran serios, con asco y odio, hasta que los perdemos cuando entramos por un oscuro pasillo.
Caminamos hasta llegar a una enorme compuerta de metal costodiada por sujetos bien armados.
Al ver a Puenterroca abren la compuerta y una aroma nauseabundo invade mis fosas nasales.
<<Maldita sea>> todos nos cubrimos la boca y la nariz excepto Puenteroca.
Mercia nos da un señal de "Andando" con un leve movimiento de cabeza y nos adentramos dentro.
Mis ojos se abren como platos y mi corazón se parte en miles de trozos al ver a casi cien personas metidas en un espacio reducido de acero, parece el sótano del barco, veo a escasos niños, muchas niñas, chicas adolecentes y mujeres adultas, algunas separadas por celdas y las demás mezcladas entre ellas.
-Mira esto Mercia- Dice el proveedor -Hasta hice tu trabajo, separe tu mercancía, de este lado tienes a las vírgenes y a las más bonitas, y de este lado tienes a los demás, puedes hacer lo que quieras con ellos- Da una risotada escupiendo gotas de saliva- Hasta puedes desarmarlos y venderlos por partes.
El corazón se me parte al oír el llanto de los niños y al ver a las mujeres mayores tratando silenciarlos con miedo, veo la mirada de odio y de súplica caer sobre nosotros.
Veo mujeres delgadas, altas, bajas, negras, blancas, asiáticas. Una variedad enorme de razas, tan diversa como la apariencia de sus soldados, como si los hubiera casado por todo el mundo.
Contengo la rabia y las ganas de llorar y luego de un momento la gran puerta de metal se cierra frente a nosotros y vuelvo a mi realidad.
-Muy bien Puenteroca, sabes que es un placer hacer negocios contigo- Mercia estrecha la mano de su nuevo y exclusivo socio con ambas manos...
-Ven Mercia, comamos algo- dice Puenteroca.
-Craro- Dice Mercia.
Caminamos detrás de ambos hombres de traje y de apariencia elegante y fina. Nosotros los seguimos detrás, alerta a cualquier cosa y expectante a la situación, nos posicionamos frente a la puerta de un gran salón donde entran ambos hombres, las cortinas de las ventanas estan abiertas, veo grandes sofás, una mesa de cristal en el medio, un pez espada colgado en la pared, todo muy elegantes, pero la visión se me escabullen cuando un hombre anciano con ropa de camarero cierra unas cortinas.
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La venganza de Alex [Editando]
Mystery / ThrillerUna vida en el infierno convirtió a Alex en alguien frío y calculador... Una niñez con su padrastro policía, corrupto y violento. Y su madre, una mujer alcohólica y depresiva lo transformaron, hasta corromper su mente... Ahora Alex busca venganza, p...