AUTORAS:
Génesis Pacheco y María Mercedes Guamán
PRÓLOGO
Regresábamos a nuestra residencia, de la universidad; dispuestos a pasar la mejor noche de nuestras vidas, estábamos a punto de iniciar la fiesta que días antes habíamos planificado.
-Aprovechemos que Isabel ya se fue a Italia.
-Afortunada, ella podrá conocer todos esos lugares tan románticos.
En la mitad de nuestra conversación sonó la puerta, y era Nathaniel, el novio de Elizabeth, quien nos ayudó con la decoración del departamento.
Eran las diez de la noche, y la fiesta ya estaba en su clímax, Yo, conversaba con Ken, mi mejor amigo. El no era guapo, ni fuerte, simplemente era Ken. Elizabeth me llamó a la tarima para anunciar juntos el verdadero motivo de la fiesta, subí a la tarima y la música paró. Ambas nos miramos con complicidad y contamos hasta tres, entonces gritamos: ¡ Nos vamos a Dubai! ; se hizo el silencio, pero luego las felicitaciones vinieron por montones, pero Nathaniel y Ken estaban muy serios, distantes, se podría decir que hasta furiosos. Ambos se abrieron camino entre la gente que nos rodeaba y cuando estábamos frente a frente, Nathaniel de Elizabeth y Ken de mi, se sintió una tensión en el aire, entonces ellos nos abrazaron y felicitaron, nos dimos cuenta que la tensión solo se encontraba en la mente de Eli y la mía. Ya era la una de la mañana y casi todos de habían ido, por mi parte estaba muy cansada y decidí ir a recostarme en mi habitación. Fui y apagué las luces, me deje caer sobre mi suave colchón y relaje mi cabeza en la almohada, después de diez minutos sentí como mis párpados se cerraban, pesados como plomo y fue en el último segundo que escuché como se abría la puerta de mi habitación, todos mis sentidos, o los que aun tenia se pusieron alerta y en cinco segundos sentí el cálido abrazo de alguien fuerte que estrechó mi espalda contra su pecho y su pelvis, pude sentir su entallado abdomen y también pude sentir otra cosa, el olor a alcohol era fuerte y el calor aumento, su mano se pasó sobre mi abdomen subiendo despacio hasta mi pecho, mis piernas empezaron a temblar y el comenzó a besar mi cuello, lo que hizo que mi habitación se convirtiera en un horno, lleno de calor.
Estaba bailando en la fiesta con la poca gente que quedaba, cuando sentí una mano sobre mi cadera, puse mi mano sobre esta, pensando que era la mano de Nathaniel. El se acerco por detrás y bailamos muy pegados, cuando me susurró: "aún te amo Elizabeth", me di la vuelta para llevar mis labios hasta los suyos y cuando giré me di cuenta que no era Nathaniel, era mi ex, entonces me aleje rápidamente de él, le di una cachetada y me fui. En este momento me doy cuenta de que Itsel no se encontraba en la fiesta, por lo que me fui a buscarla y contarla lo que pasó.
Me di la vuelta dispuesta a ver el rostro de aquella persona que me envolvía tan placenteramente en sus brazos y cuando lo hice, vi a ¡Nathaniel!, nos observamos fijamente durante algunos segundos, luego el me dijo sobresaltado ¡¿ Itsel, que haces tú aquí?!, nos alejamos el uno del otro y en ese preciso momento Elizabeth entró a la habitación echando gritos.
-¡ Como me hace esto! ¡A mi!
Nathaniel solo atinó a decir tartamudeando
-mi.....amor....yo.....yo solo.....
Elizabeth le dijo
-¿Qué haces aquí?
-Yo...solo vine a...buscar una pastilla
-Puedes retirarte por favor, debo hablar a solas con Itzel
Estas palabras cayeron sobre mi como un balde de agua helada, Nathaniel salió de la habitación, mientras, yo seguía atónita al ver que la persona que me brindaba tan cálidos abrazos era Nathaniel, ¡El novio de mi mejor amiga!
Elizabeth empezó a hablar.
-Como me pudo hacer esto?
-No es lo que tu piensas. El---
-El...Me hizo mucho daño, como se atreve a decirme que me ama. Cuando sabe que yo amo a Nathaniel..!
-¿De que me hablas?
-¿Qué te pasa?, estas en las nubes,
¡déjalo! me voy a dormir.Al siguiente día alistamos las maletas para ese día por la noche viajar hacia Dubai. Estábamos aún en casa cuando llamaron a la puerta, Eli corrió a abrir la puerta y al instante en que vi el rostro de alegría que puso cuando vio a la persona tras la puerta supe que era Nathaniel, quien apenas vio a Elizabeth, saltó sobre ella y la besó de una forma tan tierna, como toda mujer desearía ser besada. ¡Pero, que me pasa! ¿en que demonios estoy pensando?, ¿ Porqué siento mi pecho oprimirse? Me siento extraña.
I CAPÍTULO
Dubai es genial, es una cuidad hermosa, tiene un centro comercial ¡enorme!, compramos unas cuantas prendas de vestir, Elizabeth se compro un terno de baño, color negro, que resaltaba sus atributos, yo preferí algo mas discreto, un vestido veraniego color rosa, luego fuimos a un parque a sentarnos y descansar de todo el ajetreo de las compras y la mudanza; así, de la nada se acercó un perro enorme y Eli no se puso nada feliz, ella es alérgico a los perros, cinco segundos después llegó corriendo un chico a atrapar al perro.
-Disculpen a mi perro, lindas señoritas, el sabe donde hay buena carne.
Sinceramente, fue de mal gusto, a Eli se le notaba el enfado porque su piel blanca se volvió toda roja, siempre es gracioso ver como se enfada, eso me despistó tanto del patán dueño del perro que empecé a reír. Al parecer a el también le hizo gracia, así que ambos tratamos de ocultar nuestra risa, tras muecas ridículas. Cuando Eli por fin volvió a su color normal de piel. El nos dijo:
-También discúlpenme a mi, por mi atrevimiento, semejante belleza atonta a cualquier hombre, inteligente.
-Tranquilo, no pasa nada.
-Un caballero como yo, siempre debe disculparse en forma adecuada, quisiera que aceptaran una invitación a cenar, pasaré por su departamento en la noche
-No te preocupes, no podemos aceptar la invitación, somos nuevas en la cuidad y estamos instalándonos.
-Insisto
Y Eli dijo:
-Te agradecemos por la invitación pero hemos dicho que no, debemos irnos. Adiós
Nunca había visto a Elizabeth así de seria con un chico, cuando ya nos alejamos de el, algo disgustada le pregunté
-¿Por qué hablas siempre por ambas?
-¿Te gustó verdad?
Entre Eli y yo hubo un momento de silencio, que casi se tornó incómodo, nunca me había pasado estando junto a ella, luego me dijo.
-Lo sabía! te gustó; esos hombres los único que quieren es usar a las mujeres. ¡entiende! ¡Solo trato de cuidarte!
En ese momento la imagen de Nathaniel abrazándome y tocándome cálidamente y tiernamente, vino a mi memoria y no pude hacer mas que callar, la culpa no me permitía hablar, Elizabeth interrumpió mis recuerdos diciendo
-Sabía que lo ibas a entender
Era ya noche, estábamos descansando y sonó el teléfono