Gritos, pisadas profundas, golpeteos, ilusión de objetos en movimiento, entre otras cosas más, las cuales clasificaría como paranormales. De ese tipo de cosas me volví buen amigo pues era una rutina o más bien costumbre sentirme acompañado. Podría decirse que tenía una vida normal sin nada extraño que pudiese perturbarme, todo era bueno.
Un día esa presencia, ese ser que se mantenía conmigo se personifico y dejó que mis ojos se deslumbraran ante aquella majestuosa silueta de alas oscuras ¿Ángel o demonio? Entre ambas había una delgada línea de diferencia para denominar a tan penumbroso ser.
Mis ojos seguían de lado a lado a aquel misterioso ser que se encontraba dando vueltas por toda mi habitación causando la sensación de que el espacio se volvía más pequeño. Intimidando, revolviendo todas mis entrañas, haciéndome perder la razón en cuestión de segundos. La desconocida presencia lo único que hacía era dirigirme miradas profundas que amedrentaban y alarmaban mis sentidos pero no reaccionaba, yo solo miraba y me detenía a conectarme con las incendiada iris que aquel ser poseía reflejando el infierno mismo en ellas.
Poco a poco la oscura sombra se fue acercando a mí, las alas oscuras que llevaba cuando apareció ya no estaban y mientras los minutos transcurrían aquella sombra se hizo más clara dejando al descubierto a un chico que vestía de forma casual, cabello rosa, labios gruesos, delgado, alto y aquellos activos ojos de un fuerte color rojo. Mi semblante lo mantuve fuerte pues no quería hacer mi miedo tan notorio.
—Kim Seok Jin, será un placer hacer trato contigo —habló aquel ser en un tono ronco apareciendo una maliciosa sonrisa en su rostro.
¿Hacer un trato conmigo? La sola idea de pensar que ese chico era un demonio hacía que todo dentro de mí ardiera. Mi tez de tono trigueño se volvía blanquecina, mis labios vibraban, mi temperatura corporal era baja y mi garganta se cerraba. Un trato... No podía aceptarlo pero, ¿Y si me asesinaba por no aceptar? No, aún no estaba listo para la muerte.
—¿Qué clase de trato? —me atreví a preguntar temeroso. Mantuve el contacto visual con el ser quien en sus profundos ojos sentía como que si él fuese conocedor de todos mis pecados. Alzó una ceja y esbozó otra alargada sonrisa relamiéndose su labio inferior. En esa corta acción noté deseo y ansiedad, ¿Qué era lo quería de mí? Pero en un pestañeo el chico desapareció.
—¿De qué tipo crees tú? —un frío recorrió mi columna vertebral al oírlo susurrar tan expectante pregunta. Tenía una larga lista de posibles respuestas pero no dije nada —Veo que eres un alma inocente. Me divertiré extorcionándote, será una linda experiencia.
Las cosas se volvían cada vez más aterradoras, el alma se me iba del cuerpo cada vez que la criatura hablaba. En mis planes nocturnos no estaba jugar con un demonio, de hecho esa era una cosa muy abajo pero muy abajo de cosas por hacer a la una de la madrugada. Quería correr, quería escapar pero de hacerlo él me hubiese encontrado fácilmente. De mi parte habían pensamientos pero no acciones. Todo estaba inerte, lo único que hacía era hablar.
—Para hacer las cosas más emocionantes jugaremos un juego y para no ser tan malo dejaré que tú lo escojas —el chico chasqueo sus dedos y de inmediato unos escritos se marcaron en la pared de mí habitación. Eran tres número cada uno con tres opciones diferentes, lo que volvía la situación más delicada ya que eran elecciones escalofriantes.
Entre mis tres opciones estaban las siguientes:
1) Juego de las escaleras.
2) Juego de la media noche.
3) Juego del farsante.Releía y analizaba los tres puntos, sonaban tentadores y también aterradores. Quería escoger algo que me asegurará la vida o al menos que pretendiera eso pero ¿Cuál era la elección correcta? Aunque no me sentía feliz por escoger pues todas indicaban lo mismo para mí.
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Fake Desire ⸙͎۫ [KNJ]
Fanfiction«Estoy muerto» fue el último, ingrato e innecesario pensamiento que tuve. Cuando apareció en mi habitación dijo que su nombre era Kim Seok Jin, líder supremo de las tinieblas, amo de lo desconocido, hacedor del mal, dijo que él no jugaba y que si te...