Único

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Cuenta la leyenda de un dragón rojo, que herido llegó a las cercanías de una aldea de goblins. Los aldeanos temerosos, no se acercaban, pero una valiente joven decidió ir en ayuda de la imponente criatura. Al principio el dragón desconfío de la rosada criatura, alejándola con su cola o amenazando con aplastarla o quemarla, mas la chica seguía insistiendo en ayudarlo. El dragón ante su perseverancia terminó cediendo. Los días pasaron y la criatura, completamente recuperada, agradeció a la joven, permitiéndole pedirle cualquier favor. La chica le dijo fuera a la aldea y se hiciera amigo de todos. El dragón se mostró impresionado, era algo que no hubiese querido hacer, pero habiéndolo prometido, no le quedaba de otra. Asintió la criatura, para tomar una forma humana y acto seguido ir con la chica a la aldea.

Los días se volvieron semanas, las semanas meses y los meses años, y la relación entre los dos había pasado de la amistad al amor, fruto del cual nació una criatura. La familia gozaba de felicidad, pero el dragón fue solicitado por el rey de los dragones y tuvo que partir, no sin antes prometer que volvería en cuatro días.

Tal y como prometió, al crepúsculo del 4 día, el dragón arribo nuevamente a la aldea goblin, pero no encontró más que ceniza y muerte, los cadáveres de los aldeanos yacían calcinados por todos lados y el dragón solo podía pensar en su familia. Al llegar a su casa solo vio dos cuerpos, uno más pequeño que el otro abrazados entre sí y atravesados por una espada. El dragón no pudo contener el llanto, apartó la espada y abrazó los cadáveres de su familia, como si sus lágrimas fueran a revivirla. Una vez agotadas sus lágrimas, el dragón se dispuso a darle un entierro digno a los habitantes de lo que antaño fue una próspera aldea, pero eso no era lo único que podía hacer. Al terminar con su labor, tomó la espada que le había arrebatado todo y reconoció el grabado que en esta lucía, era de un reino cercano, cuyo rey se caracterizaba por considerar inferiores a los no humanos.

El dragón se dirigió enseguida al reino, y su cólera fue tal, que para el alba nadie podía decir que en ese lugar se había erigido un gran reino. El dragón aterrizó sobre los restos de la ciudad y vio una escena muy similar a la que el había visto en su hogar, el cadáver de una madre protegiendo a su hija. Ante esta visión, el dragón comenzó nuevamente su llanto, mal diciéndose a sí mismo por el daño que le había causado a tantos inocentes, y pidiendo ser alguien que resguardara la vida, no alguien que la extinguiera.

El dragón murió de pena en aquel lugar, y si cadáver se convirtió en una gigantesca montaña, de la cual nacieron cientos de árboles, pero en su cima la coronan dos bellos cerezos de sakura que abrazan a la montaña con sus firmes raíces, para nunca separarse de ella.

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⏰ Última actualización: Jan 08, 2019 ⏰

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La Montaña del Dragón (Kirimina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora