Capitulo N°4: así es como comienza el desmadre.

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Caminé fuera de casa, el reluciente auto nuevo de Gemma resplandecía, nunca fui participe de que los padres den carros a sus hijos, es como dejarlo todo gratis.  No te esfuerzas ni nada, bah, pero eso pienso yo.

Pero el pensamiento de los demás es muy diferente.

El cielo estaba azul,  el calor ya prendía y apenas estaba amaneciendo.

Ella llevaba una de sus diminutas faldas, todos la veían, no se niega era algo llamativo, ella siempre fue así... pero vestía mas así por las chicas que los chicos, es competitiva y creía que así ganaría la guerra secreta de las chicas.

-¿te sientes mejor Ty?-preguntó dando marcha al auto.

-pues físicamente, sí.- fruncí el ceño, esa respuesta... ella ni siquiera le tomó importancia, así que me animé a preguntar...-¡Gem!

-¿sí?                                                                                                                          

-¿sabías que Garfield se corta?

Bufó, como si estuviera cansada.- no creo que eso sea de mi incumbencia.

-creo que es nuestra culpa.- ella me miró y frunció el ceño extrañada de lo que decía como si yo estuviera loco.

-es solo una niña más con complejo de papel.- miró la calle.

-solamente deberíamos dejarla en paz.

-y... ¿perderme la diversión? , no lo creo.

- ¿en qué carajo estás pensando Gem?, nada de esto es gracioso.- ya me está estresando, esto iba a durar un rato.

-¿Qué no es gracioso?- la sonrisa estúpida en su rostro.

-olvídalo.-la corté esto sería un calvario eterno, eso pasa cuando ella se cierra.

-no puedes tapar la luna, con un dedo Ty, tampoco harás que una niña papel deje eso, ¿Quién ser papel? ¡Que lo sean!

-hablar contigo es como hablar es por gusto.

-debería dejarte a final de camino a ver si llegas a pie.- ella encendió la radio para dejar mi voz como segunda parte e ignorarme.

Llegamos a la escuela, en el lugar de siempre en el mapa estaban los chicos, por mi pequeña discusión con Gem decidí irme de largo no estar con ellos que fueron el inicio de esto, de la Gem que vive ahora. Pero yo soy muy igual a ellos, todo un idiota de buenas palabras. 

Comencé a vagar por los pasillos, que fueron poblándose pasando los segundos, vi a Blake en la cancha, pero a pesar de que fuéramos amigos, él era una perra. No quería hablarle.

Me decidí a buscar la novela para la clase de español que debíamos leer en grupo, pero mi compañera no quiere si quiera saber de mí.

Pasé por el pasillo de clásicos, esperando desesperadamente que no fuera Jane Austen, si lo era todos descubrirían que yo leí todos y cada uno de sus libros y bueno, seria todo yo dando opiniones de varios de mis libros favoritos, unos de los pocos que había leído en mi vida.

Al final del desierto que había en el lugar, había una mesa, Jade Garfield estaba acostada sobre ella, con un libro en sus manos y con audífonos de esos inmensos, tenía las piernas cruzadas y el cabello caía por el borde de la mesa, cada rizo rebotando con el viento.

-Hola.- toqué su hombro para que me mirara. Sus ojos casi se salen de sus orbitas, estaba asustada de mi presencia de la nada. Se sentó, quedó en la mitad de la mesa y yo tomé una de las sillas. Rodó los ojos y suspiró.

Mi Chica SolitariaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora