Capítulo 18: El día de la prueba ICFES

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A la mañana siguiente, de nuevo Jessica me escribió, aunque casi que el orden del chat fue: saludo, preguntar por Eliza, y luego por mi, para al cabo de 10 minutos ya haber terminado toda la conversación con Jessica por ése día. Me pareció curioso que ella preguntara de manera insistente por Eliza, incluso antes de preguntar por mí, pero no quise dar mucha atención, en unos días sería la prueba del ICFES para Eliza, la cual es una prueba que se les hace a los estudiantes de último curso de bachillerato, para evaluar el nivel de estudios tanto de los colegios, como de los mismos estudiantes, en base a los puntajes que obtengan, las universidades a las que se postulan podrán exigir puntajes mínimos de ciertas materias, y decidirá si podrán estudiar en aquellas universidades, o no, entonces como verán es una prueba importante, tanto que empieza en la mañana, les dan una hora de almuerzo, y en la tarde tienen la segunda parte de la prueba.

La mañana del día anterior a la prueba, no hablé con Eliza, sino hasta las 6pm, me pidió que la acompañara a la universidad donde presentaría el examen, dado que la sede de la misma quedaba a 15 minutos a pie de mi casa, yo ofrecí darle almuerzo y reposo si era necesario, ella aceptó, y luego solo quiso ver televisión e irse temprano a dormir, por lo tanto no hubo mucho tema esa noche, lo importante es que pudiera descansar bien para dar el 100% de esfuerzo en el ICFES.

Me desperté a las 5:30am, me bañé, había pedido el auto prestado y salí a la casa de Liz para ir a recogerla, y estar muy puntuales a las 7am, ya que desde la casa de Liz a la universidad, sí había camino. Ya estando Liz en el auto.

- Tengo nervios Santi
- No te preocupes Liz, vas a ver cómo te va a ir muy bien
- Pero y si no...
- No pienses así, primero piensa positivo, da tu mejor esfuerzo, preocúpate por dar lo mejor de ti ahora, y nada más, después pensaremos en lo demás
- Gracias Santi por tu apoyo, significa mucho para mí - Al ver ella que llegamos a un semáforo, se acercó a mí y al detener el auto, me dio un beso
- Eso qué fue?
- Nada Santi, quise darte un beso pequeñito

Avanzamos otros 5 minutos más, y llegamos al sitio, Liz me tomó de las manos, estaban heladas, le di un fuerte abrazo, y le sonreí, al abrir la puerta para bajarse, le dí una pequeña nalgada, pero sólo para que volteara a mirarme.

- Oye!! Estamos en público - Dijo muy apenada Eliza
- Lo sé, pero quería recordarte que me marques al celular cuando salgas del salón, para yo salir de mi casa y recogerte, por cierto, ya que es cerca y a esa hora se vuelve pesado el tráfico, vendré a pie porque me rinde más que traer el carro, pero yo te recojo y almorzamos
- Bueno Santi - Me guiño un ojo y me envió un beso en el aire
- Muchos éxitos señorita, tu puedes, yo creo en tí!

Eliza sonrió nuevamente y cerró la puerta del auto, la vi partir, entrando en la universidad, mientras yo me dispuse a regresar a mi casa y empezar a ver el tema del almuerzo. Había olvidado por completo que ése día mi familia tenía cosas que hacer y estaría sólo en casa, así que decidí yo mismo ir a comprar y prepararle el almuerzo a Liz, busqué piña, pechuga de pollo, cubos de caldo, una rama de hierbabuena, un paquete de espagueti y un jugo de frutas tropicales que venden en las tiendas; mi menú sería hacer un poco de arroz dulce de piña, para acompañar el platillo principal, un espagueti con trozos de pechuga, algo de queso parmesano y pequeños trozos de hierbabuena, y para beber un jugo de frutas tropicales (Si tienen dudas sobre el jugo ya preparado, sucede que soy malo para hacer jugos, y lo sé ustedes dirá que es lo más sencillo del mundo, pero no para mí, puedo hacer hasta un a lasaña, pero no preparar hacer jugos), me puse manos a la obra, mientras cocinaba el pollo, y calentaba el agua con caldo, corté la hierbabuena en chiffonade para la pasta, incorporé una parte en el caldo y la demás la reservé para cuando fuera a servir el platillo, preparé la mesa del comedor, colocando cubiertos y una vela en el centro, al terminar mi receta, recibí una llamada de Liz, ya que sin notarlo, era mediodía.

La Rosa del Jardín de ElizaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora