第2章

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Era de madrugada y el frío de esta comenzaba a esparcirse por toda la habitación. La cama se encontraba muy desordenada pues el cuerpo que debía estar descansando en ella se había despertado de golpe.

Lentamente se acercó al refrigerador y de este sacó una cerveza; no era muy fan de tomarlas pues estaba acostumbrado a tomar vinos. Y se dirigió al balcón para tomar aire y despejar un poco su mente tras haber soñado con aquello.

El hablar de su familia le era algo muy innecesario y por ello no los pensaba mucho pero hoy iba a ser una noche muy larga. Sus recuerdos de aquel trágico día donde había perdido todo.

»El día había empezado de lo más agradable como siempre en aquella familia; todos reunidos en la sala mientras estaban platicando sobre el futuro que les veían a los menores.

—Estoy segura de que Tadashi será muy reconocido por sus logros y esfuerzos, al igual que Hiro —Habló la mujer mirando a los menores con orgullo.

—Daremos lo mejor para que se vuelva posible Tía Cass. —El pelinegro mayor habló mientras golpeaba el hombro de su hermano sin tanta fuerza como acostumbraba.

—Estoy segura de eso querido. —Le contestó con una sonrisa llena de alegría, pues todos sabían que eso iba a suceder, tenía que suceder.

La alegre familia siguió conversando sobre el cumpleaños del menor que se acercaba y el que le gustaría para celebrar su cumpleaños; esa agradable convivencia se vio interrumpida por el estruendo que se prolongó en el frente de la casa.

Preocupados por ello, los señores hamada se acercaron a la puerta con curiosidad para abrirla y siempre usan la metáfora de "La curiosidad mató al gato" pues en este momento no fue tan metáfora pues una bala había atravesado la frente del señor hamada haciendo que cayera al suelo; gritos de horror provenientes de la ahora viuda señora hamada se hicieron sonar alertando a los demás miembros de la familia.

La señora hamada intentó huir pero fue sujetada por uno de los intrusos y con facilidad cortaron su garganta tirando su cuerpo al piso junto a su esposo para dejarla morir lentamente entre convulsiones y lágrimas.

Por otro lado de la casa, se encontraban los tres restantes miembros de aquella lamentable situación, la mayor de los tres se encargó de esconder a los menores en la cocina, advirtiendo que por nada del mundo sin importar lo que escucharan salieran de su escondite.

Les dio un beso en la frente y sus ojos se cristalizaron pues sabía que había hecho ruido y vendrían por ella, joder que lo hicieron, se escondió bajo la mesa que había en medio de la cocina y una mano la había tomado bruscamente para sacarla debajo, intentó dar un esfuerzo, un maldito esfuerzo para no quedar como una débil pero eso fue lo que era contra esos hombres, le ganaban en número y con ello en fuerza; gritos de dolor se volvieron a escuchar ahora más cerca pues ambos chicos tenían visión de lo que estaba pasando y ocasionando los gritos de su ahora moribunda tía.

El mayor no aguantó más y salio de su escondite con el enojo en su mirar, quería matarlos, quería que pagaran por lo que le habían hecho a su familia. Un acto muy valiente si tan solo tuviera algo más que un simple cuchillo contra las armas de fuego de los contrarios. Múltiples balas atravesaron su pecho perforandolo, en su último momento de vida miró en dirección donde se encontraba el menor que había visto todo con sus ojos cristalizados a más no poder, ardía sus ojos ardían y el pecho dolía más de lo que alguna vez sintió.

Salió de su escondite al no escuchar ningún ruido, pues significaba que se habían ido ya de ahí; lloró más y las náuseas se hicieron presentes cuando vio a su adorada familia muerta en el piso anteriormente blanco ahora decorado con manchas de sangre, no podía más quería morir, ¿de que servía vivir si nadie lo iba a acompañar ahora?

Te Asesinaré Rivera [Hiroguel]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora