Axel
Me despierto con unos brazos rodeándome, giro la cabeza y veo a la persona que más quiero en el mundo a mi lado. Lizzy duerme tranquilamente, no quiero despertarla aún, así que cuidadosamente apago la alarma y me levanto haciendo el mínimo ruido posible, me aseguro de que está bien tapada, salgo de la habitación y me dispongo a hacer el desayuno.
Cuando termino de hacer el desayuno, me dirijo de nuevo a la habitación para despertarla.
- Venga princesa, despierta – le digo, sé que está despierta, pero se hace la dormida – he hecho gofres – canturreo cerca de su oído.
Como si de un resorte se tratara se pone de pie y sale corriendo hacia la cocina. La sigo mientras me rio.
Cuando acabamos de desayunar nos montamos en mi viejo coche, tengo que ir a dejar a mi pequeña hermana a la escuela, hoy empieza 3ro de primaria, he de decir que a sus siete años es la niña más lista de toda su clase, y yo como hermano orgulloso presumo de ello.
- Pórtate bien y aprende mucho, ¿vale? – le doy un beso en la frente – y que ningún niño se te acerque, sino hazle lo que te he enseñado – le digo con una media sonrisa.
- Noo Axel, no le voy a tirar agua en los pantalones para que todos crean que se ha hecho pis, eso está mal, a mí no me gustaría que me lo hicieran, y a ti tampoco – Me regaña, cuanto la quiero, es como mi madre, empatiza con todo el mundo y siempre quiere ayudar.
- Vale renacuaja, no la líes – advierto, ella me sonríe inocentemente, como siempre – Te quiero – espero a que entre al colegio, cuando entra me dirijo al coche camino a la universidad.
Cuando llego, bajo de mi coche. La puerta chirría cuando es abierta, tengo que cambiar de coche, no me durará mucho más, pienso. Pero desgraciadamente tengo que desechar esa idea ya que apenas puedo pagar las cosas estrictamente necesarias, no puedo permitirme un nuevo coche.
Cuando cruzo el umbral de la puerta de la universidad aparece Derek, mi mejor amigo. He de decir que tengo mucha suerte de tenerlo a mi lado, aún después de todo lo que pasó y lo mal que lo traté, sigue aquí. Es un pilar fundamental en mi vida, se lo debo todo.
- Ei tío, llegas tarde, vamos a clase anda – me dice mientras me arrastra por el pasillo hacia nuestra aula – ¿cómo esta Lizzy? ¿Nerviosa por su primer día? – me pregunta, siempre está pendiente de cómo estamos o si nos falta de algo. Siempre nos ayuda en lo que puede, pero con el trabajo que tiene tampoco da para mucho.
- Muy bien, se ha intentado hacer la dormida, pero había hecho gofres y no ha podido resistirse – le explico con una sonrisa mientras entramos a clase.
Hablamos de cosas tribales hasta que el profesor ingresa al aula, entonces callamos y prestamos atención, al fin y al cabo, es mi futuro y el que le voy a dar a mi hermana, he de hacerlo bien y conseguir un buen trabajo para que no nos falte nada.
...
Dos horas después nos dirigimos a la cafetería a comer algo, Derek no se paraba de quejar del hambre que tenía, así que al final he ido para que se callara.
Entramos y nos dirigimos a una mesa de las del fondo, donde no haya nadie. No nos relacionamos mucho con la gente. Tomo asiento mientras espero a mí amigo que ha ido a por nuestra comida. De mientras saco mi teléfono y empiezo a jugar con un par de juegos que Lizzy descargó.
Unos minutos más tarde Derek aparece con la comida, él lleva tres raciones sólo para él. Empieza a comer como si la vida le fuera en ello, mientras yo como más despacio, no me fijo en nada, hasta que mis ojos caen en una chica morena.
Es imposible no fijarse, es hermosa; tiene unos ojos color miel embaucadores, definidos por unas cejas marcadas y unas pestañas largas a la vez que rizadas, del mismo tono que su cabello castaño con reflejos dorados, tiene una nariz perfilada y unos labios gruesos que sólo se pueden describir con una palabra, perfectos. Tiene un bronceado natural, no muy exagerado, como si tomara un poco el sol todos los días, no es muy alta, pero eso no perjudica a sus "atributos", tiene un cuerpo estilo reloj de arena y lleva ropa que deja bastante a la imaginación, no sé si eso es bueno para mí en estos momentos.
No sólo me fijo en su físico, sino en la manera con la que habla, con la que imagino que es su amiga, como sonríe, como se toca el pelo... Cuando se empieza a acercar, me obligo a desviar la mirada hacia otra parte, pero antes admiro la forma en la que camina, joder, hasta eso lo hace de maravilla.
Me pierdo en mis pensamientos sobre la morena, unos minutos después noto una mirada sobre mí, así que levanto la vista. Sorprendentemente la veo detallándome con sus ojos, pero cuando se da cuenta de que la he pillado, rápidamente los aparta hacia su teléfono. No puedo evitar sonreír, y pensar que yo también le he llamado la atención tanto como ella a mí.
Pero de repente se oye un ruido que hace que casi todos los de la cafetería miren la escena que está haciendo Rebecca a una pobre chica, la cual ha volcado sin querer su comida sobre la costosa camisa de la rubia. Todo parece una simple escenita típicas de las de Rebecca hasta que le pega una cachetada a la chica de pelo rizado. La gente ahoga exclamaciones mientras que la rubia empieza a chillarle a la otra, la cual está en el suelo.
Todo parece que va a quedarse así cuando una silla siendo arrastrada fuertemente llama mi atención y la de algunos de la sala. Me fijo y veo a la hermosa morena de antes, y entonces recuerdo que la chica de pelo rizado a la cual Rebecca ha pegado, es su amiga. Me doy cuenta de que va a pasar algo cuando la morena avanza con pasos decididos hasta Rebecca que ahora está agrediendo verbalmente a su amiga.
Se pone en frente de Rebecca, la cual mira con asco y superioridad a la morena – ¿Y tú quién eres? – Pregunta con su irritante voz.
- No, la pregunta es, ¿quién te crees tú para pegarle a mi amiga? – Le responde de la misma forma, con el mismo asco en la voz que la otra usó con ella. Su voz es suave, pero intenta sonar dura.
- Tu amiguita me ha tirado la comida encima, es lo mínimo que se merece – dice – no puede tratarme así una simple hormiga y salirse de rositas – pongo cara de asco a su comentario. Yo me he tirado a esa tía un par de veces en fiestas, sabía que era un coñazo, pero esto es pasarse, pienso en intervenir y poner orden cuando oigo su perfecta voz.
- Mira Barbie mal teñida, vas de abeja reina y no llegas ni a mosca – le dice con asco – y a mí las moscas me dan mucho asco – finaliza, no puedo evitar sonreír al escuchar como defiende a los suyos, sin importarle que eso le perjudique a ella.
Me alerto cuando veo a Rebecca acercarse amenazadoramente a la morena, la cual toma una posición de despreocupación total al hecho de que le saca una cabeza.
Decido intervenir, me pongo de pie, agarro mis cosas y me pongo detrás de la rubia – Rebecca, deja de joder – le digo en tono duro y un poco molesto.
Ella se gira e intenta excusarse mientras se me insinúa, pongo cara de asco cuando pienso en ello. Al final se marcha hecha una furia cuando le digo que nunca me volveré a acostar con ella.
Echo un ojo a mi pequeña morena, la cual ayuda a su amiga a ponerse de pie. Al pasar por su lado huelo su pelo, su olor es embaucador y pienso en si será una colonia o su propio olor, es adictivo. – De nada – me obligo a decirle serio mientras me dispongo a irme por la puerta, tal como ha hecho Rebecca hace unos segundos. Espero no encontrármela.
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Teen FictionApril se traslada a Santa Mónica con su tía. Allí estudiara derecho en la facultad dónde conocerá a Axel, un chico lleno de responsabilidades y con una historia detrás.