Mi niña

Todo esto está solo en mi cabeza ¡Cállate! No te quiero escuchar. 

Siento una punzada en mi mandíbula, es como si se fuera a romper. 

La música retumba y puedo sentir como mi corazón baila y grita con cada nota, aunque no pueda hablar, aunque no pueda gritar. 

Me recuerdo así - Vivaz - Como solía ser en el pasado, antes de que esa pequeña niña, acurrucada en un rincón de la oscuridad, se diera cuenta que debía pararse y salir porque nadie vendría a buscarla, esos monstruos que la torturaban una y otra vez, debía enfrentarlos sola (pronto serían sus sirvientes y ya no sufriría más) después de sentir una cálida lagrima resbalar y caer por su mejilla (sin saber que sería la última) fue hacia ellos y los torturó uno por uno tal y como ellos se lo hacían. Demasiado tarde se dio cuenta de que se había vuelto peor que aquellos a los que temía, se convirtió en una bestia y lo peor es que ya nunca iba a regresar, tendría que vivir con eso el resto de su vida "... Su anhelo por salir de allí la convirtió en aquello que odiaba..."

Y aquí estoy ¿Quieres saber lo que pasa con esa niña? Mira mis ojos, está en ese rincón que temes ver ¡Mírala! Ya no teme más, ya no siente más y allí está, dañando y quemando constantemente mi memoria, borrando esa etapa de su debilidad, pocos llegan a verla y sin embargo aquí estás.

...

Pasa el tiempo y no comprendo ¿Por qué cada vez que te daba un abrazo dejabas salir todo ese dolor? ¿Sabes? yo tengo miedo, igual que tú. Eres como un imán al que estoy confinada por algo extraño que odio y no entiendo. Odio verme en ti y encontrar que somos iguales, ye detesté desde el primer momento porque muy en lo profundo vi mi debilidad en ti, ver eso me recordó mis miedos y al mismo tiempo me convirtió en una niña idiota, acercarme a ti era como tocar esa kriptonita que me volvió débil y lo amé ¿Qué loco no? Amé volver a ser débil, ser esa niña ingenua que lloraba esperando a que alguien llegara y que para mi sorpresa esta vez si llego. Se suponía que tú no ibas a estar allí, pero llegaste y pudiste ver el dolor, aunque no lo esperaba llegaste y aún con ese odio por ser como yo: Peligroso y sin sentimientos, te quise, eso también lo detesté.