Peligro

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Narrador
 
 

Aquel beso entre Michael y (Tn) sin duda fortaleció su relación, ahora el chico mantenía su cabeza concentrada en ella y lograba calmarse más rápido.

Aunque las cosas comenzaban a complicarse un poco pues Michael podía sentir la molestia de los fantasmas por la estadía de él y (Tn), incluso algunas veces se topaba con algunos espíritus en el sótano y estos le decían que no pertenecían a esta casa. El rubio ignoraba sus comentarios, ahora sabía que con un solo chasquido podía eliminar a los fantasmas de ese lugar, pero eso sería liberarlos de la cárcel en la que estaban atrapados y eso arruinaría toda la diversión.

Realmente no le importaba lo que decían los fantasmas, no había nada de que preocuparse mientras no le hicieran nada a (Tn).

Mientras tanto la peligris estaba preocupada porque la comida estaba a punto de agotarse y no podía salir de la casa, la última vez que salió vio un letrero en dónde se le buscaba por ser sospechosa del asesinato de Wendy y Francis.
  
  
  

03:00 am
 
 


  
(Tn) despierta con la respiración agitada, voltea a todos lados buscando algún rastro de la pesadilla en la que estaba y lo único que encontró fue el rostro tranquilo de Michael, quién dormía plácidamente a su lado.

Lila no tardó nada en llegar a su lado, lamiendo el rostro de su dueña, (Tn) acarició a su suave pelaje, eso parecía tranquilizarla y se dio cuenta de que su garganta está seca.
La chica se levantó con cuidado de no hacer ruido y no despertar al rubio, salió de la habitación dejando la puerta entreabierta y fue a la cocina.

- Todo está bien, todo está bien.- Repetía mientras vertía agua en un vaso. - Todo está bien...-
 
 
Bebió el líquido, calmando sus nervios, pero el miedo no desaparecía. Aquella pesadilla se sintió tan real que aún podía escuchar sus propios gritos de agonía. 

Lila levantó sus orejas, descubrió a alguien observando a su dueña así que ladró para informarle a la chica. La sombra corrió en dirección del pasillo, (Tn) se dio cuenta de eso y Lila persiguió al fantasma hasta el sótano.
 
 
- No, Lila espera.- La peligris siguió a su mascota.
 
 
Llegaron al sótano, encendió las luces y no había nada, pero Lila estaba en posición de ataque. Hacia demasiado frío ahí abajo comparado con el calor que hace en su habitación.
 
 
- Les dijimos que se fueran.- Una voz a sus espaldas la asustó.

- ¿Quién...- (Tn) giró, pero no había nadie.

- No son bienvenidos.- Otra voz se escucho en el lugar.
 
 
Las luces se apagaron de repente y de un momento a otro los fantasmas más violentos rodearon a (Tn).
 
 
- Se los advertirmos.- Dijo uno de ellos.

Mientras tanto arriba...

  
 
Michael estaba despierto, esperando el regreso de (Tn), había notado su ausencia en la cama. Podía sentir una presencia acercarse, pero no era (Tn).

Por el pasillo venía Vivien Harmon, su madre. La cautela de sus pasos le indicaban que la mujer tramaba algo, aprovechando que estaba solo y "dormido". Él mantenía su postura, dándole la espalda a la puerta, pudo sentir los pasos de Vivien.

Era la primera vez que su madre tenía el valor de acercarse a él y para su grata sorpresa las intenciones de ella no eran favorables para él.

Vivien estaba decidida a terminar con la vida de su hijo. Aquel chico que la atormentaba desde el momento de su concepción, era imposible evitar tenerle miedo, ella sabía que él no era normal todo en él estaba mal y es momento de terminar con todo.

Alzó el cuchillo, nunca pensó que llegaría al punto de tener que asesinar a alguien y mucho menos que se tratara de su hijo, pero esto era necesario.
 

"Mi propia madre quiere matarme."
 

Eso fue lo que pensó Michael antes de prender fuego a su alrededor quemando a la mujer. Alguien más llegó al rescate de Vivien, Tate llego justo a tiempo para salvarla.


- ¡Aaahhh!- Ese grito no era de Vivien ni de Tate.

- (Tn)...- Michael se levantó de inmediato.
 
 
Bajo corriendo las escaleras, pero no estaba en la cocina ni en el salón principal.
 
 
- ¡¿(Tn)?!- Gritó con desesperación.
 
 
Un fuerte golpe se escucho desde el sótano seguido de un ladrido y no tardó en bajar al oscuro lugar, pero chocó con la chica en las escaleras.
 
 
- (Tn).- Habló Michael tomando a la chica por los hombros. - ¿Qué sucedió?-

- Mi magia no funcionó en ellos.- Jadeo con la respiración agitada.

- ¿Ellos?- Michael observó el cuerpo de ella, tenía varios golpes y rasguños por todas partes.

- Los fantasmas... Ellos intentaron matarnos.- (Tn) vio a su mascota sana y salva, había usado su magia para protegerla cuando descubrió que sus poderes no funcionaba en espíritus.
- Vamonos de aquí Michael, por favor.-
 
 
Abrazo con fuerza al rubio escondiendo su rostro en su cuello mientras sus lágrimas rodaban por sus mejillas.

Michael podía soportar muchas cosas, pero habían lastimado a (Tn) y nadie puede tocarla sin sufrir las consecuencias.

Invocó su poder e hizo desaparecer a todos los fantasmas que habían lastimado a (Tn), los gritos de dolor retumbaban por toda la casa.
 
 
- Nos iremos ahora.- Dijo firme guiando a (Tn) hacia la puerta.
- Espérame aquí, regresaré de inmediato.-
 

Subió a vestirse y tomó un abrigo para (Tn), la noche era fría y no estaba seguro de cuánto tardarían en encontrar la casa de una de las cardenales que habían venido a la misa negra.

La señora Mead le había ofrecido su casa como buena sirviente de Satán, tenía otro lugar a donde ir. La única forma de salvar a (Tn) era apartarla de esa horrible casa.

Regreso a la entrada, ahí estaba (Tn) junto a Lila. Le dio el abrigo y tomó su mano, salieron de la casa, caminaron al rededor de una hora, Michael recordaba la dirección de la casa.
 
 
- ¿Adónde vamos?- Preguntó la peligris, nunca había estado en esta parte de la ciudad.

- A la casa de una amiga.- Fue lo único que dijo.
 
 
(Tn) no hizo más preguntas y solo siguió caminando al lado de Langdon, de cierta forma estaba feliz de que abandonarán la casa del crimen.
 
 
- (Tn) yo... Lo siento, no pude protegerte. Solo te he causado problemas desde que te conocí.- La miro a los ojos. - Por eso te he traído aquí.-
 
 
Detuvieron su andar.
  
 
- Aquí estaremos a salvo.- Tocó el timbre. - Este será nuestro nuevo hogar.-
 
 
La puerta se abrió dejando a la vista a Mead, sorprendida por la presencia de su amo y su compañera.
 
 
- Mi señor.- Hizo una leve reverencia antes de abrir la puerta y dejarlos pasar. - No esperaba su vista a esta hora.-

- Hola señora Mead. Lamento si nuestra llega ha sido inoportuna, pero no teníamos a donde ir.- Habló Michael.







El Diablo En Mi •Michael Langdon X (Tn)•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora