La vejez llega y nuestro cuerpo recibe los golpes del tiempo, la fuerza y la energía disminuyen, la necesidad de sentirse acompañado nos hace vulnerables a las muestras de cariño, a la oscura soledad que aparece en el camino como una maraña de espinas. En un momento el anciano comenzó una serie de relatos sobre el clima, el costo de la vida y un sin fin de temas que en ese instante me sonaban a excusas para mantener mi atención y me dije: Debo partir, sin duda la historia del pequeño me generaba mucho interés pero en algún momento cuestioné mi real intención. ¿Morbo?, ¿Curiosidad? me puse de pie para dejarle sólo pero observe que se había quedado dormido y caminé sin un rumbo fijo entre la gente y la ciudad que me abrazaba con sus grises brazos invitándome a recorrer sus sombríos encantos. Mientras avanzaba y respiraba ese aire lleno de preocupaciones y veloces caminantes que compartían un espacio sin hablar, sin un saludo afectuoso, sin la preocupación del bienestar del otro se produjo una revolución en mi y las preguntas llegaban una tras otra a mi cabeza.¿ Estoy haciendo lo que quiero? o en verdad ¿hago lo que puedo ?.Ser profesor se había transformado en mi modo de vida pero me había mecanizado y hace un largo tiempo venía sintiendo que solo cumplía mis horarios y vomitaba conocimientos sin preocuparme de aquellos que del otro lado de mi cristal observaban sin comprender lo que quería decir y que eran blancos de mi ira.
Sin saber como, llegué al colegio ingresé en silencio y el portero me saluda (o al menos eso pareció) con una ironía; "Su realeza, hoy nos honra con su presencia". Mi mirada debe haberlo alertado pues se excusó y me preguntó si me sucedía algo, mi respuesta fue tan cortante como escueta, me dirigí a enfrentar a Rivera y cuando me disponía a preguntar a Lidia, su secretaria, por el Señor director, este ya me esperaba en su puerta.
Es usted un idiota, ¿lo sabía profesor?, ¿lo sabía ?, mientras recibía aquel agradable homenaje sólo pensaba en el caso del pequeño Emilio y como la vida le había arrebatado el ser.
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Emilio, la calle y las sombras.
SpiritualEmilio es un chico abandonado en las calles de una gran ciudad. Convive con el hambre, el frío y la soledad junto a Rina su amiga y su fiel perro guante.