Capítulo 12: Juntos tu y yo.

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Seis meses después.

Han pasado seis meses desde ese día; Yoongi no ha dejado de enviarme cartas, nos vemos cada noche en el mismo edificio. Él me ha dicho que quiere llevarme a un lugar hoy, creo que estoy dispuesto a hacer algo.. Quizás pueda entregarme completamente a él, estoy demasiado nervioso, no es la primera vez de hecho lo hice otra veces pero esto es especial. Es Min Yoongi, con el me siento nervioso cada vez que estamos juntos, este hombre tiene incontables formas de hacerme sentir patético al intentar pronunciar una palabra.
De Jungkook no he sabido nada, Tae él bueno viene de vez en cuando a ayudarme a estudiar o a mirar películas juntos, aunque no es muy seguido por que todas mis noches están ocupadas con Yoongi. Tae aceptó mi relación con Yoongi; le explique todo y comprendió que no debía meterse aunque dijo que estaría dispuesto a matarlo si me hace sufrir, se puso demasiado cursi y terminamos viendo una película de terror y comiendo helado.

— ¿Estas nervioso? — pregunta Tae — Calmate un poco.
— Tu también estabas nervioso cuando saliste por primera vez con esa chica, ¿cómo se llamaba? — pregunto mientras meto a mi boca la cuchara con helado.
— JiHoo — responde — pero era diferente, era la primer chica con la que estaba, tu ya haz tenido relaciones antes.
— ¿A poco era tu primera vez? — pregunto y abro mis ojos a más no poder —  ¿Y por que no me dijiste ese pequeño detalle?
— Mmm no se — dice cerrando sus ojos — quizás por que tu no estabas para prestarme atención ya que estabas loco por un chico, ¿Cómo se llama? Ahh Min Yoongi — rie.
— Claro —  sonrio y continúo comiendo helado — ¿Por qué te gusta ese sabor de helado? Es asqueroso.
— ¡Oye! — dice con el seño fruncido — me gusta el durazno así como a ti te gusta el chocolate suizo que es totalmente amargo.
— ¡No insultes al helado!
— Bien — dice y mete la cuchara a su boca — ve a cambiarte por que se te hará tarde, yo me iré hoy tengo una cita con JiHoo. 
— ¡Uuuy! — digo en un tono pícaro mientras el camina hasta la puerta.
— Relajate — guiña un ojo y se va.
— Maldito idiota.

Me pongo de pie y camino hasta el refrigerador para dejar el helado casi vacío y luego me dirijo a la habitación; tomo mi ropa, un pantalón de color negro y una remera azul, tomo una toalla y camino hasta el baño, abro la canilla para llenar la bañera y espero. ¿Por qué decidí comprar está bañera? Bueno es un fetiche nada más. 

Espero a que este caliente y luego cierro el agua, me quito la ropa lentamente y me meto en el agua, siento el calor del agua sobre mi piel, me encanta.
Undo mi cabeza en el agua y un momento después la saco, las gotas se resbalan por mi cara.

— ¿Estas cómodo niño? — dice su voz a mi lado.
— ¿Qué haces aquí? — lo miro y sonrío.
— No pude esperarme y decidí venir a verte — sonríe y comienza a quitar su ropa — creo que fue buena idea.
— Pues te espero aquí — sonrío.

El termina de quitar su ropa y se mete al agua quedando frente a mi, me ve de una manera tan sexy que me provoca deseo y lujuria, este hombre va volverme loco. Se desliza hacia mi quedando a tan sólo centímetros de mi rostro.

— Que empiece el juego.









Cartas De Un Asesino ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora