pudieron trabajar- alquilaron un departamento chiquito y allí se fueron a vivir juntos.
Pasaron algunos años más.
Luis y Leandro se casaron y así fue como Lilibeth se quedó solita en aquel 11 "j", contrafrente, dos ambientes, teléfono, cocina y baño completo, más balconcito a pulmón de manzana.
Lili era vendedora en una tienda y -a partir del atardecer- estudiaba en una escuela nocturna.
Un viernes a la medianoche -no bien acababa de caer rendida en su cama- se despertó sobresaltada.
Una pesadilla que no lograba recordar, acaso. Lo cierto fue que la muchacha empezó a sentir que algo le aspiraba las fuerzas, el aire, la vida.
Esa sensación le duró alrededor de cinco minutos inacabables.
Cuando concluyó, Lilibeth oyó -fugazmente- la voz de la abuela. Y la voz aullaba desde lejos.
-Liiilibeeeth... Pronto nos veremos... Liiilibeeeth... Liliii... Liiiii... Ag.
La jovencita encendió el velador, la radio y abandonó el lecho. Indudablemente, una ducha tibia y un tazón de leche iban a hacerle bien, después de esos momentos de angustia.
Y así fue.
Pero -a la mañana siguiente- lo que ella había supuesto una pesadilla más comenzó a prolongarse, aunque ni la misma Lili pudiera sospecharlo todavía. Las voces de Luis y Leandro -a través del teléfono- le anunciaron:
-Esta madrugada falleció la abuela... Nos avisó el encargado del edificio... sí... te entendemos... Nosotros
ESTÁS LEYENDO
¡SOCORRO! ( 12 cuentos para caerse de miedo) Elsa Bornemann
Mystery / ThrillerDesde una abuela malvada que odia a sus nietos hasta un niño-robot fabricado para explotar en su propio colegio, estos doce cuentos provocan el placer y el miedo que sólo Elsa Bornemann sabe inspirar con su literatura. Un clásico que marcó un hito e...