C 17

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Volver a dormir juntas, después de arreglar los problemas y de estos días estando separadas, por algún motivo la alegró bastante. Se quedó un momento mirando a la rubia mientras esta dormia. Le parecía irónico que pese a ser ella la primera en los exámenes, aquella chica le estaba enseñando tantas cosas. El cómo sin conocerla supo ver a través de su máscara y cómo la ayudó a afrontar todos los contratiempos, a apreciar sus sentimientos. Y aunque temía que esto último le causara problemas en el futuro, ahora no podía dejar de pensar en cómo corresponder mejor sus sentimientos. Aprender todo lo que pudiera de ella para entenderla mejor, y así no tener las dificultades que habían tenido hasta ahora. Suspiró y poco a poco fue quedándose dormida.

Esa mañana, mientras dormía notó que la picaba la nariz. Se despertó, dándose cuenta que estaba acurrucada junto a Yuzu que aún parecía seguir dormida. - ... - Se sentó sobre sus pies mirando a la rubia. Agradeció ser la primera en despertarse. Miró el reloj y aunque era algo más temprano de su hora habitual, no iba a intentar volver a dormir, por lo que fue al baño. Poco después entró la rubia.

- ¡Buenos días, Mei!

- Buenos días. - Notó que la chica la miraba de una manera extraña. - ¿Qué pasa?

- ¡Nada!

Continuó haciendo las cosas igual que siempre, pero la sensación de que su hermanastra la miraba de manera diferente y constantemente la ponía nerviosa. ¿Estaría esperando algo después del día anterior?

Mientras caminaban hacia el instituto, la rubia inició la conversación.

- Oye, Mei. Estaba pensando en hacerme un pequeño cambio de imagen para el nuevo trimestre. ¿Qué lazo crees que quedaría mejor? - Mostrando imagenes en el móvil a la otra chica.

- Ah... Vas a ser una estudiante de segundo. ¿No crees que ya es hora de arreglarte siguiendo las normas?

- ¡¿Ahora me vienes con eso?!

- Sabes perfectamente que llevo tiempo diciéndotelo.

- Pero hasta ahora nos las habíamos apañado, ¿no?

- ... Eso de ser la excepción a la norma... no va a durar para siempre.

- Lo siento.

- Además - Apartando el teléfono. - a partir de ahora nosotras pasaremos a ser el modelo a seguir para las nuevas alumnas. Si cada vez hay más como tú y el prestigio de la academia acaba por los suelos... ¿Serás capaz de asumir la responsabilidad?

- ¡Tampoco tienes que ser tan dramática! - Tras unos momentos de silencio. - Esto es muy duro...

- ¿Qué pasa?

- ¡Nada! Pensaba que tengo que disfrutar de cada segundo que paso contigo. Oye, Mei. Espero que dejes un poco de lado tantas responsabilidades. Después de todo, somos dos chicas jóvenes. Al menos, podríamos hablar de moda o tener una cita...

- Ya he renunciado a ser una chica.

- ¿Eh? - Parándose. - ¿Qu--qué significa eso? ¿Qué ya estás lo suficientemente guapa sin estar a la moda...?

Al notar que Yuzu se quedaba muy atrás, Mei se giró y la vio hablando con una chica más joven. Al parecer esta estaba declarando ser su admiradora. Suspiró esperando que aquella chica no la imitara, pues llevaba puesto el uniforme del instituto Aihara y eso supondría más problemas.

Ese día al llegar a casa, su madre estaba allí. Cuando la pregunto que qué tal el día y la invitó a tomar un té. Ella se sentó y estuvo contando que su hija tenía una admiradora. Justo cuando terminó la historia, se escuchó la puerta del recibidor.

¿El sueño que le salvó la vida? [Citrus]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora