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Five rings like maybe I should get that
Five texts like maybe I should check that
I'm drunk like maybe I should text back
You called so maybe I should call back
I'm lost like show me where my friends at

Su teléfono vibra sobre la mesa. No ha dejado de hacerlo durante toda una hora y Brian sabe a lo que se debe, pero no se atreve a encarar al responsable.

Roger Taylor ha sido su novio desde hace menos de un mes y ya lo tiene harto de tanta insistencia; porque Roger desde hace dos semanas lo inunda con mensajes y llamadas en las que pregunta diferentes cosas sobre qué hace o dónde está, e incluso con quién. Eso últimamente ha sido un dolor de cabeza para Brian, porque aunque no quiera admitirlo por amor al rubio.

Lo tiene casi hasta el límite.

Y teme alcanzarlo, porque realmente no quiere hacerle daño a Roger, ni físico ni emocional. Pero maldición, que no lo ha dejado ni dormir bien de tantas llamadas que al final siempre terminan en un millar de preguntas sobre su estado.

Brian cree que Roger se ha tomado muy a pecho esto de ser pareja y eso le molesta, porque si Roger supiera la verdadera razón por la que Brian le pidió tener una relación más cercana lo lastimaría demasiado.

John, su mejor amigo, le había dicho que Roger era el mejor en el sexo y que tenía que probarlo, por lo que, después de hacerlo, Brian decidió quedarse un poco más de tiempo con el rubio para satisfacerse en algunas ocasiones.

Pero Roger parece haberse tomado todo en serio y se ha encaprichado con él como un niño pequeño con algún juguete. Al principio no le molestaba pero una semana después le empezó a fastidiar demasiado.

El teléfono no ha parado de sonar en todo el rato que lleva pensando y obviamente le molesta a niveles galácticos, así que decide levantarlo y contestar la desesperada llamada de su amado.

—Roger.

¿Cómo que “Roger”? ¡Llámame por un apodo tonto, soy tu novio!—grita exasperado. Brian aparta el celular un poco al ser aturdido por tal grito.

—Perdón amor, estaba durmiendo.

¿Durmiendo? Eres un vago Brian, ¡levántate que Freddie quiere que comamos con él y John!—no es una orden, pero a Brian le parece así.

—Está bien. Nos vemos en un rato, hermoso.

Brian escucha la risita melodiosa de Roger desde la otra línea y sonríe, porque a pesar de tenerlo al borde de matarlo, sigue siendo el mismo Roger que conoció meses atrás y no puede negar que le encanta.

El tormento llega una vez más cuando Brian llega al supuesto lugar donde comerían con sus amigos y Roger no quiere por nada en el mundo bajarse de su regazo mientras están sentados.

Freddie y John los miran con una mezcla entre dulzura e incomodidad reflejada en el rostro mientras Roger no para de hablar sobre algo que Brian dejó de escuchar desde que abrió la boca.

—¿Amor?—pregunta Roger, con el torso ligeramente girado en su dirección, mirándolo con expresión seria.

—¿Si, cariño?

—¿Me estabas escuchando?—pregunta casi cruzándose de brazos con el ceño fruncido.

—Claro que sí, hermoso—miente, agregando el apodo al final para distraer al rubio de su mentira. La estrategia parece funcionar porque Roger sonríe mientras que las mejillas se le tornan de un color rosa y se acerca a besarlo.

Y por supuesto que Brian corresponde, porque esa es una de las facetas de Roger que le encantan. Cuando está avergonzado puede admirar un rostro más débil y menos egocéntrico del rubio, lo cual no teme admitir que le gusta demasiado.

Sabe que Roger puede ser muy difícil la mayoría de las veces pero algo en su interior le hace creer que no es tan mala persona como aparenta, y Brian a veces decide creerle a esa voz.

Aunque últimamente se ve afectada por las acciones obsesivas y hostigantes del rubio hacia él y teme lo que pueda pasar en un futuro, cuando ya no tenga cordura en lo absoluto.

Teme con locura lastimar a Roger, pero una parte de sí lo desea para acabar con el problema de una vez por todas.

Wtf Iʼm Criyng ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora