Capítulo 13

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Me dirigí en dirección a la cabaña lo más rápido que podía, estábamos en peligro si permanecíamos aquí. Llegue pero no había nadie, mire por los alrededores y no había rastro de Lars o Avery ¿Dónde se habían metido? Espere unos momentos fuera de la cabaña y subiendo por la colina hacia la cabaña pude ver un extraño ser, llevaba algo en su espalda. Cuando lo tuve frente a mí se me quedo mirando por unos momentos, era realmente alto, llevaba una capucha que cubría todo su cuerpo lo único que podía verse de él eran sus ojos completamente rojos. Puso sus brazos detrás de el para tomar el gran bulto que llevaba en su espalda y lo coloco en el suelo, luego de eso comenzó a desvanecerse hasta desaparecer. Me acerque a lo que aquella extraña figura había colocado, tenía una tela negra cubriéndolo, parecía estar envuelto. Comencé a escuchar un sonido bastante familiar, creo que eran... ¿Ronquidos? Retire aquella tela y al desenvolverla dentro de ella estaba Hamta dormido, lo más inesperado de todo. Me puse en cuclillas y di leves palmadas en la cara de Hamta, unos segundos después el empezó a despertar poco a poco.

-¿Ya llegamos? –bostezaba-

-Eh, bueno...creo que sí, que gusto que estés de regreso Hamta –le sonreí-

-¡Lea! –Se levantó y comenzó a tocar mi cara- tu...te vez diferente...

-¿A qué te refieres Hamta? Solo te fuiste algunos días, no ha pasado demasiado tiempo, no creo que solo en unos días algo haya cambiado en mí

-¿Aun no se han dado cuenta verdad?

-¿Qué? ¿De qué debería darme cuenta? –Comenzaba a sentirme confundido- tu presencia...tu...

En ese momento a los lejos, en el bosque pude ver como Lars y Avery venían hacia nosotros. Ellos estaban cubiertos de polvo y con algunas partes de su ropa un poco rasgadas, al parecer habían estado entrenando bastante duro. Al ver a Hamta ambos se aproximaron lo más rápido que pudieron a nosotros y recibieron a Hamta con un cálido abrazo, era extraño de parte de Lars ser tan cariñoso con alguien, se veía muy feliz de que Hamta hubiera vuelto. Cuando Lars se dio cuenta de la manera en la que estaba actuando ante nosotros se levantó, se veía muy apenado, todos reímos al verlo. El no parecía molesto y por primera vez en su rostro pude ver una pequeña sonrisa. Después de eso Lars se marchó, dijo que debía ir a hacer algo, pero cuando Lars se fue Hamta nos dijo que solo se siente algo extraño, después de todo no estaba acostumbrado a ser afectuoso en frente de otras personas.

-Bueno, ahora es tiempo –Hamta tocio un poco- entonces, no han notado ese cambio en ustedes...

-Es cierto, Lars también nos había mencionado algo así, algo sobre nuestra energía –exclamo Avery-

Hamta se alejó un poco y con ambas manos toco la tierra y de esta salió un muro de unos 3 metros de altura, no era demasiado grueso.

-Golpéenlo –Dijo Hamta estando detrás del muro-

-Pero, solo me voy a lastimar, no tenemos tanta fuerza como para romperlo –Toque un poco y comprobé que era roca solida-

Hamta volvió a insistir y esta vez dijo que no había nada de qué preocuparse. Hice lo que Hamta dijo, estaba preparado para que mi puño chocara contra el muro y solo me hiciera daño. En el momento en el que golpee el muro este se estremeció y pequeños pedazos de roca se desprendieron de el, sorprendentemente no me había dolido nada. Mire mi puño y no tenía ninguna herida, solo un poco de polvo. Avery me miro sorprendida y con más confianza golpeo el muro, ella lo golpeo tan fuerte que su puño atravesó el muro ¿Qué demonios había pasado? ¿Porque teníamos esta fuerza y resistencia?

-Ya lo han descubierto –Hamta reía- ya no son humanos normales, nunca lo notaron

-¿Cómo paso esto? –Ambos preguntamos sorprendidos-

Kurh: La Enfermedad Del Bosque (Editando, En Pausa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora