1- VOY A CAMBIAR MI SUERTE

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La luz invadía una mañana más mi habitación. Como cada día, tocaba levantarse a desayunar, pero mis ganas de levantarme ahora son nulas. Me pesa todo el cuerpo y no se por qué, porque no hago nunca nada.

Como siempre, ya estaba la simpática de mi hermana dando la lata. No me había despertado por la luz, si no porque estaba con la maldita música a todo volumen. Eso es lo malo de que nuestras habitaciones se encuentren tan próximas. Di un salto de la cama y me dirigí a su dormitorio a pedirle explicaciones.

-Y SI TE AMÉ, YA NO SE, NI TU NOMBRE YA NO EXISTES EN MI PIEEL.. -estaba cantando la muy imbécil.

-Joder Miriam otra vez con la puta cancioncita, no sabes lo que son unos jodidos auriculares ¿o qué? -estaba alterada, siempre igual con mi hermana.

-Buenos días bella durmiente, ¿ya te has levantado otra vez de mal humor? -no me hacía ni pizca de gracia, al contrario que a ella.

-A ver, que me parece muy bien que escuches a la personaje esa, pero no la pongas a todo volumen que me vas a traumatizar!

-Dios eres una exagerada, como si te hubiera hecho algo ella.

-Pero si sabes perfectamente que no me gusta la enana esa, es que parece que lo haces queriendo, joder.

-Pues te jodes, porque a mi me encanta y hasta que no te vayas como mínimo de casa no casa no vas a dejar de oírla.

-Cuando acabes bollera perdía como ella no me digas después que no te avisé.

-Malú no es bollera, y si lo fuera a ti que te importa. Ah, y que sea Malulera no significa que me gusten las tías, imbécil.

-No hay ninguna tía que le guste Malú y que sea decente, estáis obsesionadas todas! Que si me compro este pañuelo porque lo lleva Malú, que si le hacéis TT porque sube una foto de su gato.. Sois ridículas de verdad!

-¿OTRA VEZ ESTÁIS DISCUTIENDO? -entró nuestra madre por la puerta, estábamos discutiendo demasiado fuerte y con estas paredes de papel seguro que retumbaba todo.

-Tu hija la Malulerda, que está otra vez con la música a tope -la insulté con intenciones.

-Pues mejor ser MALULERA -corrigió - que lo que seas tu, que lo único que te gusta es Maldita Nerea y no los conoce ni el tato, y tu eres una rancia con la música, pareces una abuela.

-Si, si.. ¿Música lo que hace la Malú esa? Si sólo canta bollodramas, tiene que tener de traumas la pobre.. -reí.

-Bueno chicas ya está bien, dejarse de tonterías. Miriam recoge tu cuarto, y Alba ven al salón que tenemos que hablar.

-¿Qué quieres ahora, Paqui? -se ponía realmente pesada.

-Niña a mí me hablas con más respeto que soy tu madre.

-Mamá que no soy una niña, ¡que tengo 30 años!

-Como sí tienes 90, vamos al salón -me ordenó.

-¡A la orden jefa! -me puse la mano en la frente haciendo el típico gesto de solado (un poco patético).

-Críticas mucho a Malú pero lo has copiado de ella -intervino Miriam.

-Tu cállate, niña chica -para mí mi hermana con 17 años que tiene, o lo que llegué a tener en el futuro, siempre la veré como una niña pequeña.

-¡CALLARSE YA! Vamos al salón, Alba -le hice caso a mi sargenta y en dos pasos nos encontrábamos ya en el salón.

-Alba, siéntate -me dijo mi padre sentado en el sofá.

-¿Qué e hecho ahora? -no entendía el motivo de tener que reunirnos ahora los tres. Nos sentamos mi madre y yo también.

-¿No crees que ya es hora de que empieces a buscar trabajo? -comenzó mi madre.

-Mamá, no estoy en condiciones, y lo sabes.

-Hija, deberías pasar página de una vez por todas, olvidar lo de Abel y seguir con tu vida.

-¿Pero a vosotros que os importa lo que haga con Abel y con mi vida? Si no aprovecho el tiempo pues peor para mi.

-Pues sí que nos importa, lo primero nos importas tú, y además sabes de sobra que no andamos muy bien económicamente y necesitamos un sueldo más -intentó explicar mi padre.

-Alba, tienes que buscar un trabajo -me miraron preocupados, y realmente parecía que lo estaban.

-Joder ya lo sé, pero no es tan fácil -miré a mi padre para dirigirme ahora hacia él -y tú lo deberías saber, no se encuentra trabajo de buenas a primeras.

-Sabemos que al anterior trabajo no vas a volver, tampoco queremos que lo hagas, pero tienes que buscar otro -comentó la Paqui.

-Voy a intentar buscar algo, a ver si tengo suerte.. pero dejadme que lo haga a mi manera -acabé cediendo por el bien familiar.

-Muchas gracias, hija -me dio un beso en la mejilla mi madre y volví a mi cuarto. Necesitaba darle vueltas a todo.

Entré en mi cuarto y volví a sacar una vez más aquella maldita fotografía. La tenía bien escondida para evitar la tentación, pero nunca servía de nada. Siempre que trato de olvidarlo todo me acabo hundiendo en la misma mierda de siempre.

En esa foto aparecíamos Abel y yo, fue una de nuestras primeras fotos y se podría decir que era una de mis preferidas. Estábamos en el Santiago Bernabéu y él sonreía como un niño pequeño. Valiente sonrisa tenía. A pesar de lo guapo que era, siempre nos decía todo el mundo que no pegábamos ni con cola. Un hombre alto, moreno y con los ojos azules no pegaba nada con una chica pelirroja con los ojos verdes, o eso decían, pero a mí nunca me ha importado lo que opinen los demás. Esa foto era preciosa y me traía demasiados recuerdos. Recuerdos que él mismo se encargó de fastidiar más adelante, bueno, él y con la ayuda de Gloria, ellos juntos lo jodieron todo. Tiraron a la basura cuatro años de relación. Gloria era una de mis mejores amigas y mi compañera de trabajo. Los tres trabajábamos codo con codo en una empresa publicitaria.

Todavía recuerdo el día que pasó todo, el día en que los pillé en el despacho de Abel sobre su mesa. A partir de ahí, decidí dejar de trabajar, al menos no podría seguir en el mismo lugar.. me daría TANTO asco..

Ahora lo que tengo que hacer es encontrar un nuevo trabajo relacionado con mi carrera de marketing, en el que gane lo suficiente para mi familia. Y se la persona perfecta que me podría ayudar..

Cogí el móvil y sin pensármelo dos veces le llamé.

-¡Alba, cuánto tiempo!

-Pues sí, ¿podríamos vernos a la hora de comer?

-Claro, quedamos si quieres en el Bosco de Lobos.

-Vale, ¡Adiós!

TENÍAS QUE SER TÚDonde viven las historias. Descúbrelo ahora