D i e c i s é i s

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Camine despacio y con una sonrisa sensual por los pasillos del casino

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Camine despacio y con una sonrisa sensual por los pasillos del casino. Me acerqué a algunos juegos y escuche las conversaciones, pero nada sobre el tramposo. Habían pasado más de veinte minutos, y yo daba vueltas, subiendo y bajando las escaleras observando entre la multitud. Me quedaba en un juego cuando Stephan me decía que me quedara y caminaba cuando él decía que lo hiciera.

Estaba sentada en una de esas mesas VIP, viendo un juego de Blackjack donde un señor de canas iba ganando, quería reír por la cantidad absurda de dinero que apostaba. Hasta las personas de la misma mesa decían que era estúpido que apostara tanto, pero cuando empezó a ganar, la gente empezaba a enfadarse, pero nadie notó nada raro, incluso Stephan que oía todo lo que el tipo decía a travez de mi micrófono.

Sentí que debía irme, hasta que el tipo me llamo.— Hey tú, chiquilla, apuesta algo, veo que traes dinero en ese maletín— sonreí de lado y negué con la cabeza — Oh vamos... bueno hagamos algo, si yo gano esta vuelta, juegas tú.

Entrecierro los ojos, y algo en mi dice que acepte hasta que escucho su voz ronca en mi oído.

Acepta, sabes que parece sospechoso.

Y tenía razón, si aseguraba que podría ganar en un juego de "suerte" era algo ilógico, no sabía si iba a ganar, era incierto. Así que me acerque de nuevo a la mesa.

—Хорошо, давайте играть [1] — dije y el tipo me miró confundido pero comprendió por mi acercamiento que aceptaba.

Escuche un jadeo fingido del otro lado del micrófono.

Nunca imagine que el ruso sonara tan sexy saliendo de tu boca dulzura.

El juego empezó, hizo su apuesta y empezó a barajar para una chica que jugaba con él. La apuesta seguía siendo absurda pero la chica rubia solo sonreía con exuberancia. No estábamos en una mesa de juegos, simplemente muchas personas estaban bebiendo y apostando entre esas mesas VIP. El señor dejo de barajar y le dio a la chica dos cargas, estás casi suman el 21 pero no lo logró, la chica no dejo de sonreír pero se mostró algo "enojada" cuando pronuncio algo en un balbuceo sin sentido. Entonces el hombre al sacar sus dos cartas, As y 10, en segundos tenía Blackjack, todos quedamos asombrados.

Reaccioné en segundos, era evidente.

—¿Cual es el nombre de tan espectacular jugador? — dije con un acento ruso muy pronunciado.

—Norman Benert.

Lo escuche, voy para allá.

—¡Oh mi Dios! Tú hiciste trampa —grite y muchos me miraron anonadados al señalar al hombre que acababa de ganar. Entonces unas alarmas se dispararon y toda la gente parecía entender de que se trataba, todos miraban la mesa donde se encontraba en jugador tramposo y yo que trataba de ponerlo a descubierto.

Devil in meDonde viven las historias. Descúbrelo ahora